domingo, 9 de noviembre de 2014

El miedo a ser de izquierdas

No lo voy a negar, nunca me he fiado de aquel político que no ha dicho de lo que es, sino que ha intentado posicionarse de una manera abstracta en el tablero político. Era el año 2007 y surgió Rosa Díez, quien dejó de ser del ala progre del PSOE, donde afirmaba incluso que se cambiaría la constitución si algún día la sociedad vasca apostaba por decidir sobre la independencia, a liderar un proyecto político que se metía con las autonomías catalanas y vascas para captar voto fácil. UPyD proclamaba la democratización de las instituciones mientras que en su propio partido se ha visto que la libertad de opinión de su militancia acaba cuando a su lideresa no le empieza a gustar lo que escucha. Además, se jactaba de liderar un partido que no era “Ni de Izquierdas ni de derechas”. Su carácter reaccionario pronto floreció y lo que muchos decíamos, comenzó a ser una evidencia, estaba allí para ocupar silla sin ningún programa de gobierno.

En el año 2014 ha salido Pablo Iglesias, conocido hasta el momento en las tertulias de la televisión y por ser el profesor de Ciencias Políticas.  Defendía lo que no se había defendido jamás en televisión, se hablaban de temas criminalizados por los medios de comunicación, véase Venezuela, y él luchaba contra esas imposiciones de pensamiento que los poderes fácticos habían convenido implantar.

En enero del mismo año, surge Podemos, una nueva organización política liderada por él mismo y el 25 de mayo obtienen 5 eurodiputados. A partir de la campaña y de lo que vino después, su mensaje cambió e intentó dar otras connotaciones a su discurso que eludían algunas cosas que antes no dudaba en defender.
Estoy seguro que los líderes de Podemos tampoco se creían el transversalismo de Rosa Díez, pero ellos, sin embargo, han cedido a definirse de una manera parecida, pese a ser bastante distintos. Según ellos, se sitúan en un plano político “por encima de la derecha o la izquierda”. Curioso cuando tienen en su programa político tienen elementos que han llevado a cabo tan solo gobiernos de Izquierda, tales como Venezuela, Bolivia o Argentina en la nacionalización de sectores estratégicos, o Ecuador en la renegociación de la deuda. Además, son medidas que están presentes en los partidos que componen el grupo parlamentario de Izquierda Unitaria Europea, donde curiosamente es la coalición en la que los eurodiputados de Podemos se encuentran.

Todo lleva a indicar que no es algo más que discursivo, que no tiene que ver con lo que realmente son. No obstante, choca que no quieran identificarse con la Izquierda pese a que en la práctica lo sean. ¿Por qué convertir en un tabú ser de izquierdas o ligarse con ideologías de Izquierda? Si vamos a definir qué significa Izquierda, nos tendríamos que ir al 1789, cuando en París la Asamblea Nacional constituyente se estableció que los más reaccionarios a cualquier cambio y firmes defensores del absolutismo monárquico, se sentaban en los puestos a la derecha de la cámara y en la izquierda se sentarían los más progresistas,  que defendían a las clases populares y que, tras la fuga de Luis XVI dos años después, se declararían republicanos.
Es decir, quien defiende el statu quo y el poder de las clases dominantes son de derechas y quien defiende el progreso y la equidad social son de izquierdas. Por lo tanto, no veo problema en decir que son de izquierdas, estaría claro que es lo que son. Si le dijese a Pablo Iglesias que Podemos no es progresista, seguramente le sentiría mal, como sería lógico. Pero si es progresista y no es de izquierdas, ¿no es contraproducente?

Se sabe que todo lo que sale por sus bocas suele estar muy estudiado y pautado. Muchos de sus grandes líderes son politólogos y todo pasa por análisis y manejo de encuestas. Está claro que para ellos mientras que Casta es un elemento que no puede faltar en ninguno de sus discursos, Izquierda es una palabra tabú. No entiendo por qué deben evitar decir que son de Izquierdas. No es algo malo y la gente se suele definir en un punto del marco ideológico.

Y si todo lo tienen tan estudiado, lo lógico es que evitar meterse dentro del espectro ideológico corresponda a que así lo dan los estudios, pero no parece que suceda así en el CIS. Según la encuesta del CIS de Septiembre[1], el 60% de los españoles se situaría a la izquierda (Entre casillas 1 y 5), el 19% de derechas y el 21% ni sabe ni contesta, por lo que se podría decir que el 80% de personas se adscribe dentro de estos extremos.

Por lo tanto, no entiendo qué sentido puede tener esta abstracción discursiva. Al fin y al cabo, todo le posiciona en la Izquierda, son ellos mismos los únicos que no se posicionan. Algo tan aparentemente nimio es muy importante, porque se puede ganar, pero ello no implica que tus ideas ganen. Es decir, si se ha marcado que asociarse con la Izquierda y determinados ideales asociados está prohibido, cómo se puede convencer a la gente de que lo que tú propones es lo mejor si no le has dado material para poder entender los procesos, que no tienen por qué ser siempre fáciles, para conseguir lo que se propone. Si en un discurso se percibe humo, siempre existe el riesgo de que tus seguidores se conviertan en lo mismo.







lunes, 13 de octubre de 2014

Cataluña, Canarias y consultas populares







Aunque la agenda informativa de los últimos días responde a otras cosas, no creo que haya que olvidar el resto de asuntos tan presentes en la actualidad de este país/estado/nación de naciones. Quería hablar de Cataluña y Canarias.
Zonas de prospección de petróleo autorizadas en Canarias (El País)
Como sabemos, Cataluña y Canarias tienen mucho en común. En ambos territorios hay costa, los dos pertenecen a España y la mayor coincidencia, mientras que Cataluña da al mediterráneo, las Islas Canarias están en pleno atlántico. Vale, lo reconozco, no tienen nada que ver. Pero en algo sí se parecen, en las ultimas semanas han sido enemigos del gobierno central. Cataluña quiere hacer la consulta sobre su independencia (o no) del estado español el 11 de noviembre. Rajoy salió en el plasma diciendo que esta vez habría que respetar la constitución, porque unos en su día ,y ya en su mayoría no presentes entre nosotros, votaron la actual constitución. Como sabemos esta gente del PP es muy mística —sobre todo en materia de empleo— y si un ministro de Franco como Fraga votó a favor de una constitución con muchos agujeros y picarescas, habrá que mantenerla intacta en el altar, pese a que el tiempo pase y las necesidades de la personas varíen.
Mientras tanto, Canarias también se las ha visto con la negativa del gobierno en otro asunto, el de las prospecciones petrolíferas. El Estado Central está obsesionado en que Repsol tenga todas las facilidades posibles para buscar petróleo, si es que lo hay, por la zona marítima cercana a Canarias. Les da igual que afecte a la fauna marítima de las islas ni el impacto negativo que tendría en el turismo, principal eje económico del archipiélago. Todos los partidos de Canarias, excepto el PP, se han opuesto a tal locura y mucha gente, organizaciones y movimientos sociales han salido a la calle en protesta. Parece además que el PP está en trámites para rechazar también la consulta canaria, lo cual sería poner una mordaza en la boca a los canarios.

Es pintoresco que para situaciones tan distintas se aplique la misma vara de medir. A grandísimos rasgos y simplificando las situaciones hasta la saciedad, se puede decir que se quiere hacer una consulta no vinculante a los habitantes de ambos territorios para saber lo que piensan sobre un tema que es vox populi en sus territorios.

En ambos casos, la respuesta del gobierno ha sido parecida y ,en vez de argumentar y fomentar el debate, lo cual sería propio de todo estado de derecho, prefieren culpar y tildar de ilegal aquéllo que no les gusta. Me produjo urticaria que el ministro de Industria, energía y turismo tildara de no legal que se preguntase a sus paisanos sobre un tema con tantas sombras como las prospecciones de Repsol.
Relacionar dos temas tan dispares por parte del gobierno me llevan a la misma conclusión. No importa el fondo ni el contexto, lo que importa es que la gente no decida. El problema no está en que las personas pensemos, sino en que decidamos por nosotros mismos. Estamos en una época negra en lo referente a libertades democráticas, pues la derecha reaccionaria de este país se creyó que les bastaba con que votáramos cada cuatro años para que en esos intervalos pudieran hacer despoticamente lo que quisieran, independientemente de lo que pensemos la gente y del programa electoral con el que se presentaran a las elecciones.

Mientras tanto defenderán que el 80% de los catalanes que quieran votar no voten ,porque a sus seguidores y mantenedores no les gustan, y que los canarios no puedan decidir sobre si poner en peligro exponencial sus recursos naturales, porque si algún día dejan la política quieren acomodarse en un buen consejo de administración. A esta gentuza, a éstos que harán lo posible con tal de defender al establishment al que pertenecen y donde se quieren perpetuar.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Los Sin Historia

Eran un conjunto de seres con capacidad para pensar, pero no para crear. Un día pasó algo inimaginable que no les permitían saber quiénes eran o de donde venían. Tan solo había unos pocos afortunados que recordaban todo. Para ellos fue duro perder a familiares y amigos, el completo olvido dolía más que la muerte.
Todos los recuerdos que creaban, los perdían al caer la noche. Nada quedaba en sus cabezas por la mañana y ello hizo que aquellos que recordaban se uniesen, pues su compasión por aquellos se había transformado en desesperación y odio al ver que día tras día seguían imbuidos en sus pantanos mentales.
Los que recordaban, se comenzaron a llamar los entes y a los que no recordaban, comenzaron a llamarles los sin historia. Los entes comenzaron a someter a los sin historia, creando una sociedad totalmente feudal, donde los sin historia se convirtieron en meros siervos. Cada día que los sin historia se despertaban, todo era nuevo para ellos, pero tenían que salir a trabajar a fábricas, campos... lugares donde allí los entes habían establecido que deberían estar. Nadie les explicaba nada, los duros látigos de los entes responsables de ellos hacían que simplemente hicieran lo que se les pedía.
Los entes, sin embargo, se permitían vivir sin muchas responsabilidades, teniendo como única preocupación que los sin historia trabajasen para mantenerlos.

Pasaron varias generaciones y la dictadura impuesta cada vez era más represiva. Los entes estaban muy desarrollados, su esperanza de vida era tres veces superior a la de los sin historia, vivían en una sociedad totalmente tecnológica y sus preocupaciones eran ínfimas. Incluso dejaron de ser "domadores" y fueron máquinas con descargas eléctricas en vez de látigos quienes controlaban el trabajo y comportamiento de los sin historia.
Desde cámaras seguían vigilando todo lo que hacían. Eran capaces de controlar sus palpitaciones e incluso de saber si los estímulos cerebrales resultaban ser como los suyos, es decir, si podían descubrir si alguno de ellos comenzaba a tener memoria. Si veían que alguno comenzaba a almacenar recuerdos, lo recogían a media noche y lo llevaban a un quirófano, donde le inyectaban un ponzoña para que abandonara el mundo. 

Hubo un momento en el que se dieron cuenta de algo que nunca antes había pasado. Los sin historia comenzaban a hablar y si hablaban era porque habían vuelto a recordar. Recordaban palabras y habían establecido su propio lenguaje. No era posible, los sistemas no habían alertado de que todos hubieran comenzado a recordar. Los entes estaban temerosos, ¿estarían hablando de hacer la revolución contra quienes les mantenían allí encerrados? Pensaron en matarlos, pero era una solución inviable. Si les mataban, nadie habría para cultivar o para dar de comer al ganado. Incluso en su muerte se aprovechaban de ellos, pues les vaciaban por dentro, sacándoles todos los órganos para luego reimplantárselos a los entes enfermos.

Durante siglos se habían aprovechado de ellos y ahora no sabían cómo responderían sus esclavos. El miedo les inundaba. Cuadriplicaban en número a los entes y por muchas armas que tuvieran, no dejaban de ser una minoría, que además de ser minoría, sería odiada y su principal enemigo. Los que un día perdieron lo que fueron, ahora volvían a construirse como personas y algún día volverían a escribir su propia historia. 

domingo, 14 de septiembre de 2014

Definamos Populismo



El 25 de mayo cambiaron muchas cosas y el miedo parece que cambió de bando. El nerviosismo en el bipartidismo está claro, sobre todo en las filas del PSOE, donde ven que su voto se va a otras formaciones y que no se queda en la abstención, a esperas de otra refundación "socialista" que no deja de ser un cambio de caras.


Cuando Pedro Sánchez, el nuevo secretario general del PSOE (No, no era Rubalcaba con peluca) no habla de Podemos, sino que habla de Populismos, intenta hacer lo que han hecho varios dirigentes de su partido históricamente con Izquierda Unida y siguen haciendo, ridiculizar sus ideas e intentar meter miedo para que la gente no les vote.

Aun con todas las horas de televisión que tiene garantizadas Pedro Sánchez por ser líder del PSOE, no puede juzgar a nadie de populismo.
Entiendo como populismo aquella actitud de prometer algo que luego no puedes cometer y llama la atención que sea su partido el que históricamente ha sido el que ha prometido todo lo que se le ha ocurrido a la gente para luego no cumplir varios apéndices de sus programas electorales. 
¿Dónde están los 800€ de salario mínimo que prometió Zapatero? Seguramente en el mismo cajón donde guardó su promesa de estudiar seriamente el derecho a la eutanasia o la famosa reforma fiscal que haría que las principales empresas de este país no pagasen como máximo un 3% de sus beneficios en impuestos, tal y como acabó pasando. Es verdad que el precio de la vivienda bajó, pero cuando la gente ya no se lo podía permitir porque ya habían perdido sus empleos de no calidad, que estaban muchas veces sustentados en la burbuja inmobiliaria.

Populismo es lo que han hecho ellos mintiendo y prometiendo lo que no tenían la más mínima intención de realizar. Mentir lo han hecho los dos ya no tan grandes partidos de este país, dejando sus promesas en papel mojado y engañando a millones de personas que confiaban en ellos sus votos. Prometer tres millones y medio como hizo el portavoz del PP, González Pons, es una tomadura de pelo, tal y como es que todo el PP prometiera no tocar ni la sanidad ni la educación cuando han echado a cientos de miles de personas de las consultas y han permitido que miles de jóvenes no puedan permitirse ir a la universidad.

Quienes no pueden hablar de Populismos son ellos, porque son los verdaderos populistas de este país. Son aquéllos que no han tenido escrúpulos para engañar continuadamente a la sociedad.
Es difícil tildar de antidemócrata a alguien como Alberto Garzón por poner a más de uno en su lugar al pedir una consulta popular para elegir el modelo de estado que queremos los españoles y también es muy difícil tildar de populista a Izquierda Unida por apostar porque los gobernantes se sometan a revocatorios para que sea la ciudadanía la que les pueda echar si no cumplen su programa electoral.
Tampoco creo que ni Podemos como IU sean populistas al apostar por un estado en el que paguen más sean los que más tienen. Es algo lógico pensarlo para alguien de a pie que no sea parte de uno de los líderes del actual régimen que están pensando más en qué les deparará la puerta giratoria que en satisfacer las necesidades de la gente.

Populistas son aquellos que no nos han dado lo que prometieron y que siguen rigiéndose por el designio de los mercados, en lugar de por el designio de las gentes que conforman este país.

lunes, 4 de agosto de 2014

Yo también odio al negro de la Casa Blanca y quiero a los niños asesinados en Gaza

Lo estuvieron esperando desde el primer momento y ya lo han conseguido. Les ha costado 10 años porque Pilar siempre fue una persona con tal clarividencia en su discurso que era difícilmente debatible, pero hace unos pocos meses se hizo una cuenta de Twitter.

No pasa nada por hacerte una cuenta en una red social y menos le tendría que suceder a Pilar Manjón, pero la derecha política y mediática estaba esperando que dijera cualquier cosa salida de tono para exponerla de nueva en plaza pública y tirarla tomates hasta que ella misma huyese de allí.

Siempre ha dicho verdades como puños.  Recuerdo cuando visiblemente afectada acudió como representante de la asociación de víctimas 11M a la comisión de investigación en el congreso de los diputados para ser la asociación de los muertos, heridos y sus familiares, de toda aquella gente que cogió un tren del que muchos no salieron con vida, entre ellos su propio hijo. Con todo el pesar nadie le pudo callar para denunciar cómo algunos políticos usaron como arma electoral el atentado y jugar con los sentimientos de las víctimas y sobre todo de ella misma.

Quizás que fuera afiliada activa de Comisiones Obreras llevó a que la derecha— la misma derecha de Aznar, quien fue capaz de mentir a todos los españoles diciendo que el autor de los  atentados era ETA y no Al Qaeda para que no se relacionase con la participación de España en la guerra de Irak y asegurarse la victoria del PP en las elecciones generales que tendrían lugar pocos días después— se cebase con ella. Con todo, tuvo que enfrentarse a ataques y calumnias considerables de los medios satélites de la derecha, sobre todo del periódico El Mundo y del inhumano de su director por entonces, Pedro J. Ramírez.

Partido Popular, El Mundo y el resto de la prensa de derechas siguió en sus líneas y mantuvo en todo momento que ETA había tenido relación con el atentado. A muchos de éstos ni les bastó con que los tribunales dijeran que la autora del 11M fuese únicamente Al Qaeda y a día de hoy siguen intentándolo, hasta llegar a tal punto que incluso pretendieron reabrir el caso cuando el PP volvió a gobernar. No desconocían el dolor sufrido por las víctimas, pero querían hacer aún más herida en la llaga.

Además de atacarla con numerosas difamaciones a una mujer cuyo “delito” había sido perder a su hijo y pedir justicia, en todo momento dieron el espaldarazo a las víctimas del atentado. Bochornosos han sido todos esos años en los que se hacían dos actos paralelos,  por un lado estaban los conspiranoicos de ETA (PP, la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre y la vendida Asociación Víctimas del Terrorismo, cuyos altos representantes han obtenido suculentos puestos en el PP gracias a sumarse a su teoría, pese a que ellos no representen a las víctimas del 11M, sino las de ETA) y por otro lado estaba Pilar Manjón y la Asociación 11M, la que mayoritariamente ha representado a las víctimas de la barbarie.

Parecía ya que los ataques a Manjon pararían, pero que el 1 de agosto escribiera en twitter “Odio al negro de la Casa Blanca.Quiero a mis niños asesinados en Gaza. Quiero que la P de su mujer retire el video de las niñas secuestradas” provocó más de una macabra sonrisa en algunas de las redacciones de este país. El Mundo, ABC, La Razón…. no tardaron en dar eco a lo que puso.
Yo no entiendo qué ha puesto mal para que se le acuse de manera tan flagrante. Desde que comenzaron los bombardeos indiscriminados en Gaza por parte de Israel, es un hecho que la genocida Israel ha recibido el apoyo incondicional de Estados Unidos y de su presidente Barack Obama, quien le sigue suministrando de armamento para continuar matando a palestinos.

Una persona que apoya tal matanza no debería ser del agrado de nadie y creo que Pilar Manjón lo dejó bastante claro en su tweet. Yo también odio al negro de la Casa Blanca y quiero a los niños asesinados en Gaza. Si  han querido buscar en que le llame negro alguna connotación racista es porque han querido hacer sangre de un comentario, porque una persona que ha demostrado en múltiples ocasiones que no ha odiado jamás a los musulmanes y ha entendido que Al Qaeda sea islamista no quiere decir que los musulmanes deban ser unos asesinos por definición y que quienes mataron a su hijo fueron unos terroristas, no el pueblo musulmán, no se la puede tildar ni mucho menos de intolerante y de mirar a la gente en cuestión de la tonalidad de su piel o sus creencias.

Apoya a los niños palestinos como los apoyamos muchos porque no tienen en ningún caso culpa de las ambiciones expansionistas y de acabar con el pueblo palestino que tiene Israel. A lo mejor llamar Puta a la mujer de Obama no fuera lo más adecuado, pero tiene razón en que una persona que según los intereses de su marido apoya o no injusticias internacionales es una gran hipócrita. ¿Es menos injusto el asesinato premeditado de niños y todo un pueblo como el de Palestina que el secuestro de unas niñas nigerianas que son secuestradas? ¿Por qué esa doble moral dependiente de intereses políticos?

Creo que una de las personas que ha mostrado mayor dignidad en los últimos años ha sido Pilar Manjón y querer generarle heridas aún más profundas de las que injurias y desprecios constantes le han producido durante años sólo puede ser producto de personas con el corazón estirpado y devorado por bestias.

Fueron tales los ataques que recibió por esos seres que tuvo que eliminar su cuenta en Twitter. Espero que vuelva a Twitter, no se merece que tenga que seguir evitando sitios porque unas malas personas arremetan contra ella. Me quedo con su último tweet antes de que se eliminara la cuenta, ella misma es la que mejor explica que nunca ha batallado por revancha, sino por justicia:


“Nunca he hecho el duelo por mi hijo odiando a los musulmanes, Gaza es musulmana. Pero yo lloro por sus muertos y quiero a cada niño asesinado”.

domingo, 29 de junio de 2014

Orgullo con sabor a ron

En un ambiente donde todo lo que te rodea no se sale de la heteronormatividad es difícil salirte un poco de aquello que habitualmente has visto. Aún así, hay un momento en el que si eres diferente tienes que acabar aceptando cómo eres. Quizás con dificultades, pero al final ves un choque en tu manera de relacionarte con los demás si no te aceptas.
Para un chico de quince años no era fácil dejar visibilizar lo que sentía, pero finalmente tuvo que dar el paso. Primero con unos, luego con otros, pero a las personas de su confianza tenía que contarles que era homosexual, porque eso era parte de él.
Este chico no tuvo muchos problemas comparado con un chico gay o una chica lesbiana de hacía veinte años. Política y socialmente ya se había avanzado bastante. Aunque aún había que cambiar muchas cosas, siempre sabía que iba a tener que superar barreras y podía haber gente que tuviera prejuicios, pero en cuanto se dijo para sí quién era, el resto parecía mucho más fácil de superar.
No obstante, era un chico de una ciudad mediana donde nunca había visto en aquel momento por allí algo que le sirviese de ayuda para poder encarar todo aquello que veía que ya era imposible de negar. Su referente era la televisión. Una televisión que cada verano mostraba carrozas, hombres con ropa sado y hombres trasvestidos, pero le faltaba ver a gente que fuese parecido a él. Esta situación, le llevaba a creer que tenía que ser para ellos, lo cual le generaba un profundo dilema, porque siempre se había sentido bien con su forma de ser, su manera de vestir...
Quizás ese fue de uno de los principales baches que tuvo, intentar romper tópicos que él aún no sabía que realmente lo eran. En su continuación de reafirmación de ser hubo un momento en el que pese a ser gay se sintió como alguien que no tenía nada que ver con el colectivo LGTBI.
No se veía como la imagen que le daba la sociedad que le tenía que dar y por otra parte veía que algunas asociaciones no luchaban contra la percepción estigmatizada que tenía alguna gente de la sociedad. Este chico se dio cuenta de que él no era el único que no pasaba por aquellos filtros.
 Finalmente fue conociendo a personas que se salían de lo que la tele le hacía pensar. Casi ninguna lesbiana, gay o bi se enmarcaba dentro de lo que la caja tonta le hacía pensar. Cada persona era distinta y tenía una actitud desigual ante el mundo que le rodeaba. Sus sueños eran distintos y estaban lejos de lo que muchas veces los medios de masas a través de sus noticias, pero también de sus producciones audiovisuales, intentaban dar a conocer.
Si bien es cierto que con el tiempo vio que aquella verdadera realidad se empezaba a dejar ver tímidamente en los medios, la tónica seguía siendo la misma.  También se dio cuenta de que tampoco toda la gente que pasaba por el orgullo allí era así, sino que tan sólo era lo que los medios sacaban.
El homosexual atractivo interesado por su cuerpo que le gusta lucirse es cierto que existe, pero como también existen  heterosexuales con los mismos patrones. Por ello es curioso que siempre predominen algunas figuras en el mundo LGTB, mientras que éstas no son las predominantes en el mundo hetero.
También me hace pensar que si yo no me siento totalmente representado en algo así, pienso que una mujer lesbiana, bisexual o transexual no lo estará en la mayoría de las ocasiones. Se  ha dado un mensaje machista en el sentido de esta celebración. Las mujeres apenas aparecen y parece que es algo más propio de hombres cuando ves que las carrozas están llenas de hombres en su práctica totalidad.
Es curioso además que una serie de reivindicaciones sea fomentada por la empresa privada. Las carrozas en su gran mayoría tienen publicidad de algún tipo de empresa, muchas veces de la trama empresarial LGTB de Madrid, el primer interesado del Orgullo que se ofrece.
En este sentido las asociaciones organizadoras tienen bastante culpa de hacer muchas veces lo que al empresariado gay le interesa. Pese a que el Orgullo ha sido históricamente el 28 de junio, este año en Madrid se va a realizar el primer fin de semana de julio. Este año se ha visto claramente cómo los intereses del Dios Dinero se anteponen a la lucha de derechos, al trasladar la fiesta una semana después—mucha gente está de vacaciones y se puede trasladar más fácilmente desde otros puntos de España, pese a que el 28 de junio haya sido sábado.
Cuando hace unos meses la alcaldesa Ana Botella fue a Berlín para fomentar el turismo gay en la capital no me extrañó en absoluto. Sus declaraciones de “Peras y manzanas” no la impidieron ir a la capital alemana para vender aquello. Su objetivo no era reivindicar los derechos LGTBI, sino intentar fomentar el sector turístico en su ciudad. Hemos llegado a un punto en el que una reconocida homófoba puede llegar a vender paquetes vacacionales a homosexuales.
El dinero mueve el mundo de muchos y los prejuicios se transforman en oportunidades cuando se pueden llenar varias carteras. En el resto de luchas sería inimaginable un control tan alto de la empresa privada. No entraría en la cabeza de nadie que una manifestación pro aborto fuera patrocinada por una clínica abortista. El hecho le quitaría credibilidad a un asunto tan serio.
Igual pasa en el Orgullo que se celebra en Madrid. Hay mucha gente que va por fiesta, no porque allí se reivindique algo. No me parece mal combinar una manifestación con un acto festivo, pero que la fiesta se imponga sobra la manifestación puede suponer que la reivindicación se diluya.
Es verdad que existe un orgullo crítico que lucha en parte con todo lo que estoy diciendo, pero por desgracia no es el que la gente llega a conocer, ni la gente que no iría al Orgullo normal por lo que acabo de decir.  El que tiene publicidad es el comercial, el televisivo y el muchas veces estereotipado.  Los del crítico son los que además de sufrir el silencio de los medios—incluso de medios LGTB— son maltratados por las instituciones, al no permitirles que su manifestación pase por el trayecto que quieren y fijarles la ruta de la propia protesta. Es el orgullo que no da ingresos y al que a los gobiernos del PP no le interesa.
Mientras tanto, hay muchos LGTBI que por desconocimiento de que existe el crítico y su animadversión ante el oficial siguen sin salir a la calle. Gais, lesbianas, bisexuales y transexuales que no se ven representados y en más de una ocasión se sienten ocultados.
La realidad televisada no es falsa, pero no se puede limitar a un colectivo tan amplio y heterogéneo con la aplicación de unos mismos patrones que suelen ser minoritarios. Cada persona es distinta y su comportamiento también.
El orgullo tiene que ser la plasmación de una lucha. Tiene que ser el Orgullo de todos, no el orgullo de los empresarios de Chueca. Se necesita el Orgullo tanto como se necesita el día de la Mujer o el día del Trabajo, pero debe ser de otra manera.
Si se quiere un orgullo en el que haya personas que no se sientan identificadas, las asociaciones organizadoras no se podrán quejar de que haya intolerancia dentro del colectivo. Tener como enemigo a un LGTBI porque no se le ha dado un mensaje de que ese también es su orgullo y no el de unos estereotipos y lobbies económicos puede suponer una involución en la percepción dentro y fuera del colectivo.
La lucha LGTBI trata tres cuestiones  muy distintas: Sexualidad, sexo y género. La parte más visible somos los gais, lesbianas y bisexuales, aquellos quienes tenemos una sexualidad distinta a la mayoría de la población. En nosotros está la responsabilidad de romper con mitos, promoviendo la aceptación por parte de la sociedad, pero no sólo de nosotros, sino también de la otra parte del colectivo que es menos visible, pero que también existe. Los transexuales y transgénero tienen que enfrentarse a una LGTBIfobia mayor al no ser tan visibles. Por ello es importante que aquellos que sí somos más visibles también intentemos meter en las conversaciones a pie de calle a ellos y ellas.
El problema está en que si una persona se ve fuera de un colectivo por la imagen externa que este muestra, le va a dar igual que en las revueltas de Stonewall también hubiese transexuales, no lo va a ver como una lucha pareja a la suya propia. No se va a informar ni va a intentar que aquellos no tan visibles ni numerosos se tengan que enfrentar al menor número de batallas posibles porque alguien previamente le ha ayudado a romper estigmas. Seguramente va a tener un punto de vista muy semejante al de cualquier heterosexual desinformado.
Un Orgullo es más que un acto, es una ventana para muchos y es importante que esa ventana no muestre cosas que pueda generar rechazo de aquel chico de quince años que acababa de salir del armario, sino que tiene que ser algo donde él y todos y todas podamos distinguirlo como una lucha común, no como una simple fiesta patrocinada por marcas de bebidas.

lunes, 2 de junio de 2014

Señor Felipe, yo no le he votado

Carta para el Señor Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia:



Querida alteza, le escribo esta carta como hace un año también le escribí a su padre para decirle las mismas cosas que a usted no le habrán dicho en toda su vida.
El reino en el que quieren que usted mande está sumido en la completa miseria. La gente de a pie lo vemos cada día. El paro y la pobreza sigue siendo el pan nuestro de cada día. La situación no ha mejorado en absoluto, aunque tengamos a un presidente del gobierno y un consejo de Ministros que derrocha una alegría que no ve nadie excepto ellos mismos.
La mayoría de la gente joven no podemos trabajar y los que trabajan, lo hacen con salarios pírricos y contratos precarios. Muchos se han tenido que ir de este país y no parece que puedan volver algún día a su hogar, sino que seguramente muchos les tengamos que acompañar en su exilio.

Es verdad que esa crisis no la pagan todos, los ricos son cada vez más ricos y tienen más derechos sobre los trabajadores para explotarnos como quieran. Todas las políticas han llevado a una clase trabajadora más empobrecida y a una oligarquía mucho más enriquecida.
En esa oligarquía incluyo a los gobiernos que han legislado en favor de aquellos que con su dinero, empresas e influencia permiten que los exministros de este país tengan un puesto asegurado en los consejos de administración de las empresas españolas. Por suerte, la gente parece que empieza a despertar de una vez.

El bipartidismo está de capa caída. El PP y el PSOE son meras figuras de un antiguo régimen abocado a desaparecer. Por primera vez, hay más personas que votamos a otras fuerzas políticas antes que a ellos.
Cabe la coincidencia de que además estas dos fuerzas han sido las máximas defensoras de su familia.

Aunque su familia se haya visto salpicada por polémicas y verdaderos problemas de corrupción, su status no se ha visto afectado. Siguen yendo a banquetes, regocijándose entre la opulencia y mirando por encima al resto de la sociedad.
Ahora que su padre ha dimitido, a usted le van a poner como nuevo rey, pero quiero preguntarle quién le ha dado derecho a ser jefe del estado. La gente sólo votó una constitución y ésta era una carta de libertades, que aún no siendo todas que se necesitasen, resultaba suficiente para una sociedad reprimida por cuarenta años de franquismo. Por cierto, curiosamente Franco fue quien designó a su padre para el puesto de monarca.
Además, no hubo ninguna otra consulta que hiciese una de las máximas preguntas: ¿Monarquía sí o monarquía no? No querían arriesgarse y prefirieron hacer sólo una pregunta para asegurarse un puesto vitalicio.
Hablando de puestos, ¿sabe usted en lo difícil que se ha convertido ser funcionario? En algunas oposiciones se han presentado mil personas para acceder únicamente un par de plazas ofertadas. Imagínese cómo verá esa gente de injusto que usted por el mero hecho de apellidarse Borbón tenga un puesto de alto cargo público.

Por ello, sólo le pido una única cosa, déjenos a las personas decidir sobre lo que queremos. Pedimos un referéndum que permita que los ciudadanos podamos decidir qué tipo de estado queremos. Muchos sabemos que la monarquía es un anacronismo y que no es más que un quiste dentro espacio territorial y político. No obstante, sabemos que en democracia cualquier cambio profundo tiene que estar marcado por una consulta popular vinculante. También sabemos que el PP y el PSOE ha bailado tantísimo alrededor de la monarquía que vale con que usted abra la boca para que hagan lo que diga, aunque sea para preguntar sobre lo que desee la gente y ésto les pueda también afectar a ellos. 

Si más de la mitad de las personas va a votar y dice que sí quiere monarquía, quédese donde está, el pueblo le ha legitimado. Pero en el caso de que la mayoría de las personas aboguen por una III República o vaya a las urnas menos del 50% de las personas, usted estará obligado a largarse.
Se irá, éso sí, como un auténtico caballero. Se irá con el dinero que la gente diga que es legítimamente suyo y lo que no lo sea, será para los ciudadanos de este país. Aunque no se llevasen nada, si está tan bien preparado como dicen, obtendrá un buen trabajo que aumentará su abultada riqueza y la de su estirpe. No creo que tengan que pasar por vivir toda la familia en una misma casa tirando de la pensión del abuelo, como les está sucediendo desgraciadamente a muchas familias españolas. 
De esta manera, al menos se podrá decir que usted no fue una auténtica garrapata a la que hubo que echar para que nos dejase de chupar la sangre a todos los españoles. Por favor, deje de mirarse su propio ombligo y fíjese en toda la gente que ha salido hoy a las calles pidiendo libertad, democracia y su derecho a decidir si quieren tener una monarquía continuista o la república social y solidaria que muchos anhelamos. 

miércoles, 21 de mayo de 2014

La llamaban Libertad

La historia de la vida de Libertad comienza en su propio nombre. En el año setenta y seis sus padres, Oriol y Lola, exiliados por el régimen de Franco en Francia, volvieron a su Madrid natal. Habían pasado unos años duros fuera, pero tenían la sensación de que con la muerte del dictador las cosas mejorarían lo suficiente como para poder reinstalarse en el país. El matrimonio traía sorpresas de Francia, la más importante de todas era que su madre estaba embarazada de ocho meses. Los médicos, preocupados por el viaje que la esperaba con un embarazo tan avanzado, la insistieron en que se quedase en el país hasta que al menos hubiera dado a luz, pero ella se opuso. Quería que su bebé naciese en el país de sus padres y que desde el primer momento la pequeña criatura compartiese desde el primer momento los nuevos aires de libertad que se respiraban en las calles de la capital.

Aunque también dejaron a gente allí, estaban deseando llegar tras tantos duros años  de sufrimiento fuera España y volver a encontrarse con los familiares y amigos que estaban esperando su vuelta. Apenas dio tiempo a que el avión aterrizase en Barajas para que su madre rompiera aguas. La trasladaron al Hospital Doce de Octubre inmediatamente, sumándose a la alegría de volver a casa con la llegada de una nueva vida.
A las siete de la mañana, el bebé dio la bienvenida al mundo. Cuando Oriol le puso el bebé sobre el regazo de su madre y le dijo que era una niña, ya sabía cómo se tenía que llamar: Libertad.
Aunque la felicidad colmó a aquella familia, eran tiempos convulsos.  Pese a que predominase un ambiente de protestas en la calle, la gente celebraba el resultado del referéndum de la reforma política, que sería la primera piedra para las primeras elecciones democráticas tras cuarenta años de franquismo. No obstante, había minorías que no aceptaban tan bien el nuevo destino del país y un día después de que Libertad naciese, murieron cinco abogados laboralistas a manos de unos terroristas fascistas en un edificio de la Calle Atocha.
A unos días de dar a luz, Lola salió a la calle. Los médicos y Oriol la suplicaron que no hiciese eso, aún necesitaba recuperarse del parto, pero no les escuchó.  Sentía que debía salir a quejarse de la muerte de los abogados asesinados y a pedir libertad al gobierno del régimen. La gente pedía que de una vez se legalizase el PCE y no quería que se intentase coartar la libertad de voto. Oriol, conociendo el temperamento de su esposa, se resignó y acompañó a su mujer en la manifestación.
Con el pasar de los años, mientras que el nuevo sistema parecía asentarse, Libertad crecía con la fuerte actitud que había heredado  de su madre. Estuvo desde su infancia en las calles con sus padres en numerosas protestas, ya fuese a favor de que las mujeres pudiesen decidir sobre su cuerpo o en contra de que España se volviese a militarizar con su ingreso a la OTAN.
Cuanto más mayor se hacía, la llama de su pensamiento crítico se avivaba más. A los diecinueve años compaginaba sus estudios de periodista con un trabajo de camarera y durante sus horas libres participaba allí donde le parecía que tenía que estar, luchando contra esas injusticias que seguían mandando en el mundo.
En 2003 Libertad tenía 25 años y ya había salido de la Universidad, aunque su trabajo no se relacionaba para nada con el periodismo. Trabajó durante tres meses en un importante periódico, pero  no la dejaban ejercer como una verdadera periodista, sino que estaba obligada a no husmear demasiado para tener contenta a la Junta de Accionistas y a sus intereses. Por ello, prefirió volver a estudiar y hacer un ciclo de grado superior de Administración para reincorporarse al mundo laboral en un trabajo que sí pudiese hacer como ella quería. Afortunadamente la contrataron en una editorial como administrativa, lugar que a ella como buena amante de los libros, le parecía muy interesante.
Ese mismo año iba a comenzar la Guerra de Irak y España participaría en ella. La opinión pública estaba en contra y un gran número de personas salió a protestar.
En una de las manifestaciones en contra de la guerra, Libertad conoció a la persona que acabaría siendo su gran amor. Las calles del centro estaban a rebosar de gente  y tropezó con algo que había en la calzada, pero no llegó a caerse, alguien llegó a cogerla.
     ¿Estás bien?—Le preguntó el chico que le había cogido. Entonces se fijó en sus ojos color café y su rostro barbiluengo.
     Sí, gracias —dijo con una sonrisa al mismo tiempo que apoyaba el pie de nuevo en el suelo, que hizo que cambiara el gesto de su cara y soltase un pequeño grito de dolor.
     Creo que te has torcido el tobillo— se apresuró a decir— ¿Quieres que te lleve al médico?
Libertad aceptó. No podía andar y había ido sola a la manifestación, así que él se convirtió en su salvavidas. Una vez en la sala de espera de Urgencias, empezaron a hablar. Libertad descubrió que se llamaba Carlos, tenía 27 años y era conductor de autobuses. Hablaron tantísimo que la larga hora que les tocó esperar se les pasó volando, e incluso a Libertad se olvidó del dolor.
Una vez en la consulta, el médico le dijo lo que ya esperaba, se había torcido el tobillo. Se lo vendaron y la mandaron reposo. Carlos pidió un taxi para llevarla a su casa. En el taxi, Libertad le invitó a tomar un café el día siguiente. Éste aceptó y por la mañana estaban en una cafetería charlando y riendo como locos. Libertad tuvo que ir con muletas, pero ni aún así renunció a la cita.
Quedaron en innumerables ocasiones y poco a poco Carlos fue invadiendo su mente, llegando finalmente el día en el que se dieron cuenta de que se habían convertido en una pareja.
Pronto alquilarían una casa y se irían a vivir juntos. Sabían que aunque la economía fuese bien, los salarios no subían y era imposible comprar una vivienda. Frente a toda la gente que se endeudaba en aquel momento para poder independizarse, ellos se negaron a ello y adquirieron una casa en régimen de alquiler. Mientras tanto, no se resignaban a la situación y se unieron a protestas y movimientos que pedían una vivienda digna. Hacía un año que el gobierno había cambiado de color, pero los problemas para tener en una vivienda que había con el gobierno de Aznar, estuvieron más presentes en el gobierno de Zapatero.
Oriol y Lola se apenaron cuando Libertad anunció que se iba a vivir con Carlos. Ellos sabían perfectamente que ese día llegaría, pero al ser su única hija, su ausencia en casa se notaría más. Pese a ellos, se convencieron de que Libertad iba a estar bien con una persona como Carlos y era lo suficientemente responsable como para saber apañárselas sola.
En 2008, el padre de Libertad murió por una enfermedad que padecía desde hacía tiempo.  Ese mismo año, nació el hijo de Libertad y Carlos, al que llamarían Oriol en memoria  de su difunto padre. El pequeño Oriol llegó al mundo en un momento en el que parecía que todo se iba a desmoronarse por momentos. “El milagro económico” había sido un triste y engañoso sueño. Las viviendas habían llegado a costar tanto y los intereses de las hipotecas eran tan elevados que la gente empezaba a no poder pagar. Durante años el pilar de la economía fue la construcción y al caer ésta, comenzaron a destruirse todos los puestos de trabajo que generaba.
Al principio el trabajo de Libertad no se vio afectado por la crisis, pero la oleada de despidos y rebajas salariales pronto llegaría a su matrimonio. Primero ella sufrió un expediente de regulación de empleo en la editorial y despidieron a la mitad de la plantilla. Tuvo la suerte de ser una de las personas a las que no echaron, pero la bajaron el sueldo.
Poco después, también comenzaron las reducciones salariales para su marido, lo cual provocó que muchos meses Libertad tuviera que pedirle dinero prestado a su madre para poder pagar el alquiler.
Comenzó una de las etapas más negras que Libertad había vivido. Primero, aquel presidente al que le estalló la crisis hizo unos recortes brutales y abarató el despido. Estas medidas provocaron que en 2011 mucha más gente que hasta ese momento había mantenido su empleo perdiese su trabajo, entre ellas Libertad.
Nunca había estado desempleada y ahora se sentía triste e inútil. Metió su curriculum en todos los sitios, pero no recibía ni una sola llamada para una entrevista. Estaba desesperada.
Otra vez cambió el gobierno y sus políticas fueron aún más inhumanas que las del anterior.  El nuevo ejecutivo aplicó recortes  brutales, además de hacer otra reforma laboral que facilitaría aún más el despido.
En 2014, las discusiones entre Carlos y Libertad eran cada vez más frecuentes. Vivían en una situación límite, a ella se le había acabado la prestación por desempleo y él era quien se enfrentaba ahora a un ERE. Mientras tanto, tuvieron que cambiar a Oriol de colegio, el suyo lo había cerrado la Comunidad de Madrid. El nuevo colegio  estaba mucho más lejos que el anterior y tenían que pagar ahora además otro gasto  por tener que coger transporte para llevarlo cada día. A la familia no les salía las cuentas y las ayudas en forma de dinero de la madre de Libertad cada vez se hacían más frecuentes, acabando por convertirse en una rutina embarazosa.
Un día, Libertad se dio cuenta de que no podía más y decidió que si quería trabajar, debería irse al extranjero. Carlos la comprendió perfectamente, porque aunque la fuese a echar de menos, sabía que sería la única manera de poder continuar con su matrimonio. Ambos se amaban hasta límites desconocidos, pero la desesperación de ella por no encontrar trabajo y de él por no saber si iba a poder mantener el suyo les ponían en una situación de miedo y tensión que les empujaba a tener que desfogarse diciendo cosas duras que hacían daño al otro. A su madre, Lola, le fue más duro hacerse a la idea de que su hija se fuera tan lejos, pero aunque intentó cambiarla de idea, le resultó imposible. Al final acabó entrando en razón y entendiendo que su hija no se iba a ir, sino que la echaban del país al no tener oportunidad de acceder a ningún trabajo.
Finalmente, llegó el día en el que Libertad iría a Inglaterra, ya que había encontrado una oferta de trabajo en ese país. Sería camarera de un hotel con un contrato precario, pero todas las ofertas que encontraba eran de ese estilo.
En el aeropuerto se despidió calurosamente de Lola y de Carlos, pero dedicó más tiempo en despedirse de Oriol. El pequeño de seis años era un mar de lágrimas. Libertad, con el alma partida, le dijo una cosa que no olvidaría en su vida.
—Cariño, me voy como la abuela junto al abuelo tuvo que irse en su día. Sus razones eran otras, pero al igual que ellos, no tengo otra opción que el exilio. Papá también está triste porque me voy, así que cuida de él—el niño se secó las lágrimas con las manos y asintió— y sobre todo, nunca dejes de luchar. Puede que las cosas no vayan siempre como quieras, pero no dejes que te callen por defender en lo que crees  y nunca te sientas rendido. Lucha hasta tu último respiro por tus derechos.

Ya avisaban por altavoz que los pasajeros hacia Londres podían acceder al avión. Libertad abrazó a su hijo para despedirle y se fue rápidamente hacia la puerta de embarque. Ella ya no creía ser Libertad, sino Exiliada. Cerró sus ojos llenos de las lágrimas que se había aguantado ante su hijo y se prometió a ella misma que algún reconquistaría la felicidad que le habían robado.

domingo, 27 de abril de 2014

San Juan Pablo II, el Papa que no era un santo

Aunque de asuntos vaticanos no me gusta hablar, tanto por mi ignorancia como mi desdén a ellos, hoy los acontecimientos me empujan a meterme en un tema tan controvertido como es la canonización de dos papas.
El Papa Bergoglio tenía prisa y al canonizar a Juan XXIII también ha hecho Santo a Juan Pablo II, pues al parecer los tiempos para santificar a un Papa son muy largos. Insisto en mi profundo desconocimiento acerca del tema.

No sé cómo fue Juan XXIII y si realmente fue tan bueno o no, ya que no soy historiador ni mucho menos experto en teología. No obstante, sí soy una de las tantas personas a las que les consume por dentro que un Papa como Juan Pablo II siga siendo alabado varios años después de su muerte.
Se apoyó desde el primer momento en los Estados Unidos y el capitalismo para luchar contra la expansión del marxismo por el mundo, cualquiera que fuera su forma. Así fue que incluso visitó Chile en tiempos de la dictadura de Pinochet, quien arrebató la democracia a su pueblo por medio de un golpe de estado armado que quitó al gobierno legítimamente electo del socialista Allende.
Juan Pablo II con Pinochet

Este pontífice fue quien vio el surgimiento del VIH/Sida y los primeros años de la pandemia, pero ello no le dio pie para cambiar el punto de vista de la Iglesia contrario al uso de anticonceptivos, sino que se reafirmó en su tesis. Su discurso anti-condón tuvo especial efecto sobre África, el continente que más ha padecido la plaga, pero donde también faltaban más medios para no contraerla, por lo que esta perspectiva escandalosa e ilógica sobre los anticonceptivos por parte del Vaticano sólo podía tender a acentuar las cuotas de transmisión en muchos de los países africanos de mayoría cristiana.
Vio cómo la iglesia perdía fuelle en su mensaje de odio a los homosexuales, pero tampoco cambió de parece en ello. Mantuvo el mensaje de rencor contra lesbianas y gais, defendiendo a las relaciones sexuales como el fin para la reproducción, negándolo como un acto de amor o afecto y manteniendo a muchos homosexuales católicos fuera de la Iglesia.

No obstante, si hubo un tema que no trató fue el de la pederastia dentro de la propia Iglesia Católica, ni pidió perdón por el daño causado por parte de algunos de los miembros de la iglesia que abusaron de niños. Con el tiempo se ha conocido que incluso podría haber encubierto casos de pederastia, tal y como parece que hizo con el fundador de una congregación mejicana, Marcial Maciel.


Con todo esto, no parece muy acertado santificar a un papa que representó a una de las alas conservadoras del catolicismo durante más de treinta años. Parece que el Papa Bergoglio intenta dar un tímido paso de respeto y acercamiento a la sociedad en su discurso, pero por otra parte con algunas de sus acciones como la de beatificar a Juan Pablo II o la de designar como cardenal al obispo que poco después trataría en una entrevista a la homosexualidad como una “deficiencia tratable” da a entender que su discurso de tolerancia es mera publicidad que no tiene nada que ver con lo que realmente pone en práctica.

domingo, 13 de abril de 2014

Por un modelo de estado federal, por la Tercera República

El régimen del 78 puso a la constitución como un punto final, como si los problemas en España acabasen ahí, pero no ha solucionado los problemas de la gente a largo plazo y nos encontramos en una crisis política, económica, social y territorial sin precedentes. Debido a ello, cada día somos más los que creemos que de este régimen capitalista gobernado por oligarcas sólo se sale por medio de un proceso constituyente republicano que vuelva a empoderar al pueblo.

 Un nuevo modelo de estado no puede ser sólo la causa de  un problema de singularidades territoriales, sino también como un problema de representación social, en el que la clase trabajadora queda infra representada por los lobbies económicos y religiosos, que pese a ser el 1% de la población han conseguido un poder aplastante dentro de las instituciones gracias a puertas giratorias y a favores de dudosa legalidad que han desencadenado a corruptelas mayúsculas dentro del bipartidismo, que han llevado a la mala gestión e incluso a la ruina de algunas autonomías como el País Valenciano.

Izquierda Unida realizó una conferencia el 1 de febrero de este año para especificar cómo tendría que ser ese nuevo modelo de estado. A tenor del documento que se definió, voy a intentar resumir lo máximo posible cómo tendría que ser la Tercera República Española según éste y algún comentario propio con el objetivo de que se entienda lo mejor posible. Debido a la extensión del texto y la complejidad de algunos asuntos que trata, voy a hablar del modelo de estado basándome en sus partes más explicativas para tener un conocimiento general de lo que se quiere alcanzar, animando a cualquiera que quiera saber con más detalle a leer el Documento de la Ponencia, el cual es muy interesante, pero debido a la profundidad que alcanza, me ha sido difícil sintetizar algunas de sus partes más detalladas[1].

ESTADO  FEDERAL, SOLIDARIO Y PLURINACIONAL
En España sería imposible un sistema centralista que tomase todas las decisiones desde Madrid, al menos no en un proyecto democrático de país, ya que durante toda nuestra historia esta concentración de poderes solo se ha podido hacer mediante el autoritarismo,  la eliminación de toda libertad civil y la subordinación al tirano de turno, ya fuese Felipe V, Fernando VII, Primo de Rivera o Francisco Franco.

Por ello, este estado debe encontrar una vía intermedia entre estado unitario y confederación. Esta vía intermedia la encontramos en el federalismo, que permitiría tener una serie de leyes y competencias comunes (Código Penal, Estatuto de los trabajadores, Relaciones Internacionales…), pero al mismo tiempo un conjunto de legislaciones y jurisdicciones dentro de cada uno de los estados no soberanos que compongan la federación.
El federalismo hace posible la democracia y la participación ciudadana, el autogobierno local y regional, la cooperación y solidaridad internacional, el respeto e integración de distintas identidades, la compatibilidad a la autodeterminación como nación sin tener que abandonar un espacio político y social común.

Hay que resolver la necesidad histórica de dar una respuesta democrática al carácter plurinacional del estado español.  Todo ello dentro de una unidad federal, que permitiese el derecho de autodeterminación, pero que entendiese al estado como una unión hecha por la suma de territorios y no una unión hecha por acontecimientos históricos lejanos que poco o nada tiene que ver con las reclamaciones territoriales actuales.
Se deben reconocer siempre las múltiples sensibilidades nacionales que pueda haber, pero nunca entendiendo el patriotismo como excusa y gran mentira para enfrentar a regiones cuando la lucha nunca ha sido territorial, sino de clases. Hay que sostener que hoy es esencial que la ciudadanía y la mayoría social trabajadora, desde una perspectiva social y de clase, ejerza el derecho a decidir en defensa de sus derechos políticos, sociales y laborales.

Hay que defender un modelo de estado que permita acomodar el pluralismo de identidades, capaz de tener un discurso común que reconozca la diversidad y que permita la convivencia en un mismo territorio de personas con distintas concepciones sobre la nación a la que pertenecen.
En particular, una reforma constitucional debería abordar:
  1. El reconocimiento expreso del carácter plurinacional y pluricultural del Estado.
  2. El reconocimiento de la cooficialidad de todas las lenguas españolas y el derecho de todos los ciudadanos a conocerlas y utilizarlas.
  3. El reconocimiento de los derechos lingüísticos como uno de los derechos fundamentales.
  4. El reconocimiento a los derechos de los inmigrantes, tanto a la integración social como a mantener su propia identidad cultural.
  5. Fijar el principio de que la pluralidad nacional, cultural y lingüística sea contemplada como un valor a considerar en el sistema educativo y en los medios de comunicación públicos, como fin de integración de los pueblos, pero también como acto para promover los lazos de fraternidad entre las distintas regiones.


REPÚBLICA COMO SINÓNIMO DE ESTADO SOCIAL Y RADICALMENTE DEMOCRÁTICO
Una tercera república debería constituirse como un modelo profundamente social que actuase como un frente contra el actual desmantelamiento de la democracia y de los derechos sociales y laborales que los poderes económicos están ejecutando.
Hay que dar lugar a un proceso constituyente concebido como herramienta democrática para ejercer el derecho a decidir desde una perspectiva social y de clase. Este proceso debe provocar una ruptura con el sistema político y económico que a la mayoría social nos está estrangulando. Hace falta cambiar las reglas de juego y empoderar a la ciudadanía a través de un sistema democrático participativo, que no se limite a tan sólo votar cada cuatro años.
El proceso tiene que ser anticapitalista, republicano, que recupere la soberanía popular, antiimperialista y feminista. Debe partir reconociendo la superación de la constitución de 1978, que ha quedado obsoleta, y denunciando la forma en la que se hizo la mal llamada Transición, la cual es culpable de muchos de los problemas que tenemos actualmente en este país.
Hay que pensar en un proyecto basado en la Justicia social, que fomente el empoderamiento de las personas y desarrolle una política didáctica y cercana, que permita que todos puedan hacer política.
Se defiende un estado republicano, ya que una monarquía nunca será 100% democrática. Un individuo no puede ser el jefe del estado por sucesión hereditaria sin haber sido elegido directa, a través del electorado, o indirectamente, a través del poder legislativo.
Creemos en la igualdad y asumimos la tradición de la democracia representativa, pero también entendemos que también hay que trascenderla, porque también asumimos la tradición republicana de libertad como emancipación individual y colectiva por medio de la participación, entendiendo ésta como la soberanía que reside en la ciudadanía, la pluralidad, la igualdad legal y efectiva y la solidaridad entre pueblos que promueve la justicia para todos.
El federalismo debe ser solidario, por ello también tenemos que alcanzar la igualdad en el sistema fiscal y de financiación, concertado multilateralmente, que permita que cada persona tenga una carga fiscal distinta según su renta y reciba según sus necesidades, independientemente del lugar donde resida.
El sistema fiscal y de financiación debe garantizar como objetivo irrenunciable que cualquier ciudadano reciba la misma calidad de servicios básicos, los mismos derechos y las mismas prestaciones.
En la actualidad los partidos institucionalistas (PP, PSOE, CIU y UPyD) se siguen apoyando en que la soberanía reside en el pueblo, ya que lo pone en la constitución, pero en la práctica lo que realmente aplican es el principio del despotismo ilustrado de “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Contra esto sólo se puede luchar empoderando a la ciudadanía del mayor número de medios de participación para decidir sobre su destino.
La república que propugnamos debe contemplar, entre otros, los siguientes aspectos:
  1. Introducción de referéndum vinculante (Ahora es meramente consultivo), que pueda ser convocado por cualquier gobierno, ya sea estatal, regional o local, o mediante Iniciativa Popular.
  2. Exigencia de referéndum para cualquier tipo de reforma constitucional a petición de un número determinado de electores, para evitar así cambios en la carta magna como el que pactó PP y PSOE en el artículo 135 que supuso la obligatoriedad de pagar la deuda antes que cualquier servicio social.
  3. Desaparición de los límites para presentar una Iniciativa Legislativa Popular y disminución del número de firmas necesarias, estableciendo porcentajes razonables.
  4. Reforma electoral para asegurar la participación y la representación proporcional en todos los ámbitos. Tanto en elecciones a parlamentos autonómicos como a nivel estatal la circunscripción provincial debe desaparecer, ya que no es proporcional y permite que el bipartidismo pueda tener mayoría absoluta con menos del 45% de los votos, tal y como pasa actualmente.
  5. Garantía de responsabilidad de todos los cargos públicos, eliminando aforamientos e imponiendo la transparencia de ingresos. Incompatibilidades rigurosas para evitar la famosa “Puerta Giratoria” y limitación de mandatos.
  6. Igualdad de acceso a cargos públicos de hombres y mujeres, exigiendo mecanismos que garanticen la composición paritaria de las instituciones.
  7. Independencia de los medios de comunicación públicos, con criterios de funcionalidad y pluralidad, bajo control ciudadano.
  8. Transparencia absoluta de toda institución pública y acceso de los ciudadanos a todos los datos y documentos que garanticen la plena transparencia.
  9. Financiación transparente de los partidos políticos con cuentas accesibles para toda la ciudadanía.

L-A-I-C-I-S-M-O
Los poderes públicos han de respetar con el máximo rigor la libertad de las personas, en particular en relación con su opinión, su conciencia y sus creencias religiosas, filosóficas y políticas, y también han de garantizar el derecho a la diferencia, la pluralidad cultural, lingüística e identitaria.
Aunque se tengan que compartir una serie de valores, nadie podrá obligar desde las instituciones a pensar de determinada manera. El estado debe ser neutro ante las distintas opciones religiosas.
España debe pasar a ser de verdad, y no sólo en la práctica, un Estado laico. El nacionalcatolicismo dejó demasiados restos en lo que vino después. En un estado no confesional no puede estar la iglesia presente en las escuelas, estar financiada por el estado, ejercer funerales de estado ni estar presentes en actos realizados por entes públicos. Aún más cuando la Conferencia Episcopal Española sigue manteniendo un mensaje de odio contra personas por su sexo, sexualidad o por su estilo de vida.

ESTRUCTURA DEL ESTADO FEDERAL
  •  El estado federal deberá actuar como una unidad en asuntos internacionales.
  • Deberá existir una unidad político-constitucional, al poseer un ordenamiento constitucional propio por encima de cualquier otra ley y al tener órganos federales que dicten una legislación federal para todo el conjunto de la Federación.
  • Tendrán que existir órganos jurisdiccionales propios, que permitan el control de la constitucionalidad.
  • Estructura bicameral que permita la representación de toda la república, pero a la vez también figure la representación de sus estados miembros.
  • Posibilidad de varios tipos de poder ejecutivo.
  • Existencia de un Tribunal Superior Federal para resolver los conflictos con arreglo al Derecho que se produzcan en la federación y  sus estados miembros.

CARACTERÍSTICAS DE UN ESTADO FEDERAL Y PUESTA EN MARCHA
Así con todo lo expuesto, el Estado federal, republicano, plurinacional y solidario debe basarse en la voluntad popular expresada por el pueblo y su libre adhesión a la forma política resultante de la creación del Estado Federal. El pacto de constitucionalidad daría a las autonomías en la constitución un principio de cosoberanía junto al Estado Federal, por lo que el reparto de competencias se realizaría de manera bilateral y no podría ser modificadas o suspendidas sin el consentimiento de ambos.
Habrá igualdad de derechos en los Estados federados el pacto entre sus representantes territoriales será un pacto entre iguales y se respetará la cosoberanía de las unidades federadas en su pluralidad y diversidad.
Se imposibilitará que haya involuciones en materia de derechos y libertades en cualquiera de los estados federados y se concretará el carácter solidario entre territorios. Además, se incrementará el poder político y la capacidad financiera de los municipios para una justa correlación con el resto de poderes que integrarán el estado. Éstos también estarán controlados para que sus ingresos sean dirigidos a sus competencias.
El modelo federal debería basarse en el principio de federalismo plural basado en el autogobierno, estableciendo tres tipos de acuerdos federales:
  1. Regulación normativa, institucional y constitucional de la pluralidad nacional de España a nivel de federación.
  2. Establecimiento de una serie de acuerdos en la regulación de los aspectos decisivos para el reconocimiento o autogobierno de entidades nacionales no estatales.
  3. Regulación de acuerdos de carácter simétrico con el resto de aspectos del autogobierno.


En el terreno del poder judicial se podría optar por dos poderes judiciales (Poder judicial federal en las materias del derecho federal y Poder judicial federado para tratar las materias de los estados federales) o por un único Poder Judicial, donde el estado federado conozca las distintas situaciones, ya sea competencia de la federación o de los estados federados. La elección del tipo de Poder Judicial deberá plasmarse en una futura ley del Poder Judicial federal.
El senado federal es el elemento del texto al que le veo mayor complejidad, ya que hay que resolver si será parte de las Cortes o si será independiente del Congreso, siendo dos cámaras separadas, cuál será el número de senadores y cómo se eligirían.
Hoy por hoy, mientras que unos no hablan y otros hablan vagamente de un federalismo monárquico que nunca han mencionado hasta que han visto las orejas al lobo, considero la alternativa republicana de IU como la mejor en todos los aspectos, ya que desarrolla todos los asuntos importantes que tendrían que llevarse a cabo para constituir la tercera república, pero deja muchos temas abiertos, aunque desarrollados, para que se puedan definir en el tiempo y sean fruto de un consenso político más amplio.

[1] En el documento también se habla del Tribunal Constitucional y la política local. Además de desarrollar en profundidad la mayoría de los temas que acabo de resumir.




jueves, 20 de marzo de 2014

Lo dejó todo atado y bien atado

El 22 de julio de 1969, Franco designó a Juan Carlos I como su sucesor, afirmando que este paso era necesario para que todo quedase “atado y bien atado”.
Treinta y cinco años después de su muerte, me atrevo a dar la razón al tirano, pues creo que se ha demostrado (Y se sigue demostrando) que ese paso era necesario para dar vida al régimen después de la muerte de su fundador.

­En 1976, cuando Juan Carlos ya había llegado al poder y antes de que hubieran tenido lugar las primeras elecciones legislativas, se designó a Adolfo Suárez, que perteneció al régimen de Franco, siendo director de TVE e incluso secretario general de la Falange Española. Así, Juan Carlos se aseguraba alguien próximo al régimen para poner “la primera piedra” de su proyecto de país. A él se le confirió la tarea de dar carpetazo al periodo nacionalcatolicista para montar las primeras elecciones democráticas: Todo ello con el sistema electoral con circunscripciones de pequeño tamaño, que limitaba la pluralidad del parlamento y permitiría el asentamiento de un bipartidismo clásico apoyado por la derecha catalana y vasca, en detrimento de partidos de izquierda que pudiesen suponer una amenaza al Statu Quo.

El proyecto monárquico juancarlista quedó asegurado cuando la UCD, un partido compuesto en su mayoría por franquistas supuestamente convertidos en demócratas y liderado por el propio Adolfo Suárez, ganó las primeras elecciones. Esto le permitió a Suárez promulgar una ley de amnistía, que no significaba otra cosa que los crímenes del franquismo no iban a ser perseguidos y que aquellos guardias civiles, policías y otras fuerzas del estado culpables de asesinatos y maltratos a los opositores del régimen quedaban absueltos de sus crímenes y que se morirían cómodamente en sus camas.
Además, a través de los acuerdos de la Santa Sede se perpetuó el poder de la iglesia católica, pese a haber sido coautora y máxima defensora del franquismo. Permitieron que tuviese sus fuentes de ingreso aseguradas por parte del estado, así como dejar que la religión siguiese estando presente en la educación.
La familia Franco tampoco vio una merma en su estilo de vida. Su riqueza ilegítimamente obtenida y fruto del expolio nacional no fue confiscada, es más, fueron premiados por el mismísimo rey, otorgando a la mujer del fascista el título nobiliario de duquesa de Franco, quien gozó de una alta pensión vitalicia hasta su defunción.
Con los años, estos arreglos se mantuvieron y permanecieron intocables. El PSOE, que cada vez se constituía más como parte del problema, no se atrevió a tocar nada de lo que anteriormente había hecho la UCD y en el gobierno de Felipe González incluso continuó creando colegios concertados con la iglesia, reforzando el poder y fuerza del ente adoctrinador.
Así, luego con el paso de Aznar, Zapatero y finalmente Rajoy, la situación quedó prácticamente igual. Con una ley para la recuperación de la Memoria Histórica del gobierno Zapatero que no marcha y mantiene a miles de muertos republicanos de la Guerra Civil en las cunetas.

Los torturadores del franquismo o bien se han muerto por viejos o siguen vivos, pero no juzgados. Es el caso de Billy El Niño, en el que ha tenido que venir una jueza argentina para juzgarle porque aquí nadie se atreve a ello y aún así se intenta burocratizarlo todo desde la justicia española para no extraditarle.
Pero no nos vayamos a viejas glorias del pasado, también se puede ver muchas cosas con personas del presente. Bien es conocida la actitud de algunos de las nuevas generaciones del PP que este verano salieron revestidos con banderas franquistas y símbolos fascistas y que, por cierto, no han sido expulsados ni expedientados en su partido. Pero para entenderlo, también hay que tener en cuenta que el Partido Popular, fundado por el ministro franquista Fraga, no ha condenado jamás los crímenes del franquismo.
Los que se hicieron ricos por pertenecer al bando nacional, no sólo los Franco, siguen siendo ricos, formando a veces parte de la misma oligarquía que nos dice que nos apretemos los cinturones cuando ya estamos asfixiados.

El Rey no es menos, sigue siendo una persona intocable desde la constitución del 78, que le blinda frente a cualquier delito, y se ha constituido como la figura de mantenimiento del régimen indecente impuesto desde la transición que los poderes fácticos no desean tocar e incluso  intentan que ni su hija pueda ser juzgada en los tribunales por corrupción por miedo a que “el intocable” esté aún más puesto en el punto de mira.

Pese a todo, asesinos, cómplices y herederos siguen ahondando en la herida, dando a entender a día de hoy que sigue habiendo vencedores y vencidos, vencedores convertidos en supuestos demócratas que nos imponen leyes mordazas e imposiciones religiosas faltas de cualquier tipo de moral y vencidos, que pese a nunca haber tenido nada, siguen siendo las víctimas de una superestructura bien cimentada.