Querida alteza, le escribo esta carta como hace un año también le escribí a su padre para decirle las mismas cosas que a usted no le habrán dicho en toda su vida.
El reino en el que quieren que usted mande está sumido en la completa miseria. La gente de a pie lo vemos cada día. El paro y la pobreza sigue siendo el pan nuestro de cada día. La situación no ha mejorado en absoluto, aunque tengamos a un presidente del gobierno y un consejo de Ministros que derrocha una alegría que no ve nadie excepto ellos mismos.
La mayoría de la gente joven no podemos trabajar y los que trabajan, lo hacen con salarios pírricos y contratos precarios. Muchos se han tenido que ir de este país y no parece que puedan volver algún día a su hogar, sino que seguramente muchos les tengamos que acompañar en su exilio.
Es verdad que esa crisis no la pagan todos, los ricos son cada vez más ricos y tienen más derechos sobre los trabajadores para explotarnos como quieran. Todas las políticas han llevado a una clase trabajadora más empobrecida y a una oligarquía mucho más enriquecida.
En esa oligarquía incluyo a los gobiernos que han legislado en favor de aquellos que con su dinero, empresas e influencia permiten que los exministros de este país tengan un puesto asegurado en los consejos de administración de las empresas españolas. Por suerte, la gente parece que empieza a despertar de una vez.
El bipartidismo está de capa caída. El PP y el PSOE son meras figuras de un antiguo régimen abocado a desaparecer. Por primera vez, hay más personas que votamos a otras fuerzas políticas antes que a ellos.
Cabe la coincidencia de que además estas dos fuerzas han sido las máximas defensoras de su familia.
Aunque su familia se haya visto salpicada por polémicas y verdaderos problemas de corrupción, su status no se ha visto afectado. Siguen yendo a banquetes, regocijándose entre la opulencia y mirando por encima al resto de la sociedad.
Ahora que su padre ha dimitido, a usted le van a poner como nuevo rey, pero quiero preguntarle quién le ha dado derecho a ser jefe del estado. La gente sólo votó una constitución y ésta era una carta de libertades, que aún no siendo todas que se necesitasen, resultaba suficiente para una sociedad reprimida por cuarenta años de franquismo. Por cierto, curiosamente Franco fue quien designó a su padre para el puesto de monarca.
Además, no hubo ninguna otra consulta que hiciese una de las máximas preguntas: ¿Monarquía sí o monarquía no? No querían arriesgarse y prefirieron hacer sólo una pregunta para asegurarse un puesto vitalicio.
Hablando de puestos, ¿sabe usted en lo difícil que se ha convertido ser funcionario? En algunas oposiciones se han presentado mil personas para acceder únicamente un par de plazas ofertadas. Imagínese cómo verá esa gente de injusto que usted por el mero hecho de apellidarse Borbón tenga un puesto de alto cargo público.
Por ello, sólo le pido una única cosa, déjenos a las personas decidir sobre lo que queremos. Pedimos un referéndum que permita que los ciudadanos podamos decidir qué tipo de estado queremos. Muchos sabemos que la monarquía es un anacronismo y que no es más que un quiste dentro espacio territorial y político. No obstante, sabemos que en democracia cualquier cambio profundo tiene que estar marcado por una consulta popular vinculante. También sabemos que el PP y el PSOE ha bailado tantísimo alrededor de la monarquía que vale con que usted abra la boca para que hagan lo que diga, aunque sea para preguntar sobre lo que desee la gente y ésto les pueda también afectar a ellos.
Si más de la mitad de las personas va a votar y dice que sí quiere monarquía, quédese donde está, el pueblo le ha legitimado. Pero en el caso de que la mayoría de las personas aboguen por una III República o vaya a las urnas menos del 50% de las personas, usted estará obligado a largarse.
Se irá, éso sí, como un auténtico caballero. Se irá con el dinero que la gente diga que es legítimamente suyo y lo que no lo sea, será para los ciudadanos de este país. Aunque no se llevasen nada, si está tan bien preparado como dicen, obtendrá un buen trabajo que aumentará su abultada riqueza y la de su estirpe. No creo que tengan que pasar por vivir toda la familia en una misma casa tirando de la pensión del abuelo, como les está sucediendo desgraciadamente a muchas familias españolas.
De esta manera, al menos se podrá decir que usted no fue una auténtica garrapata a la que hubo que echar para que nos dejase de chupar la sangre a todos los españoles. Por favor, deje de mirarse su propio ombligo y fíjese en toda la gente que ha salido hoy a las calles pidiendo libertad, democracia y su derecho a decidir si quieren tener una monarquía continuista o la república social y solidaria que muchos anhelamos.
La mayoría de la gente joven no podemos trabajar y los que trabajan, lo hacen con salarios pírricos y contratos precarios. Muchos se han tenido que ir de este país y no parece que puedan volver algún día a su hogar, sino que seguramente muchos les tengamos que acompañar en su exilio.
Es verdad que esa crisis no la pagan todos, los ricos son cada vez más ricos y tienen más derechos sobre los trabajadores para explotarnos como quieran. Todas las políticas han llevado a una clase trabajadora más empobrecida y a una oligarquía mucho más enriquecida.
En esa oligarquía incluyo a los gobiernos que han legislado en favor de aquellos que con su dinero, empresas e influencia permiten que los exministros de este país tengan un puesto asegurado en los consejos de administración de las empresas españolas. Por suerte, la gente parece que empieza a despertar de una vez.
El bipartidismo está de capa caída. El PP y el PSOE son meras figuras de un antiguo régimen abocado a desaparecer. Por primera vez, hay más personas que votamos a otras fuerzas políticas antes que a ellos.
Cabe la coincidencia de que además estas dos fuerzas han sido las máximas defensoras de su familia.
Aunque su familia se haya visto salpicada por polémicas y verdaderos problemas de corrupción, su status no se ha visto afectado. Siguen yendo a banquetes, regocijándose entre la opulencia y mirando por encima al resto de la sociedad.
Ahora que su padre ha dimitido, a usted le van a poner como nuevo rey, pero quiero preguntarle quién le ha dado derecho a ser jefe del estado. La gente sólo votó una constitución y ésta era una carta de libertades, que aún no siendo todas que se necesitasen, resultaba suficiente para una sociedad reprimida por cuarenta años de franquismo. Por cierto, curiosamente Franco fue quien designó a su padre para el puesto de monarca.
Además, no hubo ninguna otra consulta que hiciese una de las máximas preguntas: ¿Monarquía sí o monarquía no? No querían arriesgarse y prefirieron hacer sólo una pregunta para asegurarse un puesto vitalicio.
Hablando de puestos, ¿sabe usted en lo difícil que se ha convertido ser funcionario? En algunas oposiciones se han presentado mil personas para acceder únicamente un par de plazas ofertadas. Imagínese cómo verá esa gente de injusto que usted por el mero hecho de apellidarse Borbón tenga un puesto de alto cargo público.
Por ello, sólo le pido una única cosa, déjenos a las personas decidir sobre lo que queremos. Pedimos un referéndum que permita que los ciudadanos podamos decidir qué tipo de estado queremos. Muchos sabemos que la monarquía es un anacronismo y que no es más que un quiste dentro espacio territorial y político. No obstante, sabemos que en democracia cualquier cambio profundo tiene que estar marcado por una consulta popular vinculante. También sabemos que el PP y el PSOE ha bailado tantísimo alrededor de la monarquía que vale con que usted abra la boca para que hagan lo que diga, aunque sea para preguntar sobre lo que desee la gente y ésto les pueda también afectar a ellos.
Si más de la mitad de las personas va a votar y dice que sí quiere monarquía, quédese donde está, el pueblo le ha legitimado. Pero en el caso de que la mayoría de las personas aboguen por una III República o vaya a las urnas menos del 50% de las personas, usted estará obligado a largarse.
Se irá, éso sí, como un auténtico caballero. Se irá con el dinero que la gente diga que es legítimamente suyo y lo que no lo sea, será para los ciudadanos de este país. Aunque no se llevasen nada, si está tan bien preparado como dicen, obtendrá un buen trabajo que aumentará su abultada riqueza y la de su estirpe. No creo que tengan que pasar por vivir toda la familia en una misma casa tirando de la pensión del abuelo, como les está sucediendo desgraciadamente a muchas familias españolas.
De esta manera, al menos se podrá decir que usted no fue una auténtica garrapata a la que hubo que echar para que nos dejase de chupar la sangre a todos los españoles. Por favor, deje de mirarse su propio ombligo y fíjese en toda la gente que ha salido hoy a las calles pidiendo libertad, democracia y su derecho a decidir si quieren tener una monarquía continuista o la república social y solidaria que muchos anhelamos.
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