En junio del año pasado el matrimonio igualitario se legalizaba en todo Estados Unidos. En junio de 1969 se producían los disturbios de Stonewall, que constituyeron el inicio del activismo en favor de los derechos de homosexuales, bisexuales y transexuales. Desgraciadamente, este junio de 2016 se ha convertido en el mes más negro de la historia reciente de los LGTB norteamericanos.
La mayor matanza terrorista en suelo estadounidense desde el 11S ha sido extremadamente rudimentaria. El asesino compró sus armas legalmente sin ningún tipo de restricción y con gran facilidad pudo entrar al local. Seguramente es muy difícil controlar a una persona tan desnortada─ el propio padre ha declarado que se enfadó mucho hacía dos meses por "ver a dos hombres besándose"─ , pero sí es posible no permitir que cualquiera tenga acceso fácil a un fusil de asalto y no cometa un asesinato masivo.
Pese a cometer el atentado en nombre de Dáesh, las personas de su entorno no lo definían como una persona extremadamente religiosa. Sin embargo, sí pegaba a su exesposa y era una persona inestable que expresaba públicamente su odio contra los judíos, las mujeres y los homosexuales. Es decir, se ha acogido a la utilización extremista de una religión por parte de un grupo terrorista para justificar sus crímenes.
A diario Dáesh cuelga homosexuales por ser diferentes a la mayoría. Hipócritamente se creen capaces de imponer por medio de la sangre una férrea moral cuando sus ejércitos y líderes violan sistemáticamente a mujeres y niñas. Los cincuenta asesinados se suman a una larga lista de víctimas del extremismo de distintas religiones durante siglos. Desgraciadamente no será el último crimen homófobo que se cometa.
Sin embargo, tanto Dáesh como el artífice de esta barbarie deben tener claro que ningún terreno conquistado en materia de derechos se va a ceder. Las libertades y los derechos afectivo-sexuales no son negociables. En su camino del miedo por derribar los logros legítimamente conseguidos por los hombres y mujeres LGTB nos tendrán en frente a muchos para decirles alto y claro que No Pasarán.
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