jueves, 29 de octubre de 2015

Las Malvinas de Rajoy

En abril de 1982, el ejército argentino ocupó unas pequeñas islas cuya soberanía se encontraba bajo la autoridad del Imperio Británico. Las probabilidades de victoria eran altas, la metrópoli se encontraba a miles de kilómetros de distancia y tenía los suficientes problemas como para no preocuparse de un diminuto archipiélago. La Royal Navy había corrido mejores tiempos, los recortes también habían llegado al ejército y los buques más cercanos estaban lo suficientemente lejos. Nada daba a entender que esta operación supusiese la tumba de la dictadura argentina.

Al otro lado del Atlántico, se encontraba Margaret Thatcher. El desempleo en su país era alto y su partido se derrumbaba en las encuestas. De repente, le comunican que las Malvinas han sido tomadas por los argentinos. Seguramente, cuando se lo dijeron no sabía ni situarlas en el mapa. Eso era lo menos importante. El rédito político que podía sacar estaba por encima de todo.
Fueron dos meses de combate hasta que se impuso la victoria de los británicos sobre Argentina. Un país gastó millones para mantener unos cuantos islotes con un par de millar de habitantes. Al ver el inicio de la contienda se podría considerar una locura, pero el desenlace se podría definir como una precampaña electoral exitosa. Un año después, Margaret Thatcher revalidó su mandato con mayoría absoluta. Su “hazaña” militar encendió los sentimientos patrióticos de los votantes, que volvieron a confiar en ella. Ella les correspondió como su corazoncito neoliberal le ordenaba, privatizando todo lo que se podía privatizar, incluyendo el sistema nacional de salud, y dejando los derechos laborales por los suelos.

En España, puede pasar que a Mariano Rajoy le toque la lotería de Navidad. La aprobación en el parlamento catalán de una declaración unilateral de independencia puede ser una oportunidad para que el Partido Popular se mantenga en el poder. Su electorado habitual, y muchos indecisos, se dejan conmover si se enarbolan banderas, aunque no se sepa muy bien en qué sentido. La mano dura en asuntos territoriales puede llevar a la amnesia de cuatro años con una alta tasa de desempleo, pobreza y desprotección social. La corrupción también se perdona.


Ojalá me equivocara y de una vez hubiera diálogo para abordar el asunto más importante que ha habido en la política española en los últimos treinta años. Sin embargo, parece que el objetivo no es tirar de democracia, sino demostrar quién es más bravo. 

sábado, 26 de septiembre de 2015

Sobre Cataluña y su campaña electoral


Se ha criticado hasta la saciedad el bajo nivel de los debates y discursos en esta jornada electoral catalana. Por la parte del gobierno español y cierta parte de los partidos opositores al independentismo, se ha incentivado el discurso del miedo basado en amenazas de lo que le pasaría a una Cataluña independiente. Por la parte independentista, se ha ido a un discurso frívolo y muy sentimentalista en el que han enarbolado la bandera de la independencia como el medicamento que curará todos los problemas de los catalanes.

Aun con todo, esta jornada electoral autonómica ha sido la que ha tenido mayor implicación de los líderes nacionales de todos los partidos, que durante dos semanas no se han movido de Cataluña para acompañar a sus respectivos candidatos. Es llamativo ver cómo al final el independentismo ha marcado el sentido electoral de los comicios. Al principio, los partidos anti-independencia negaron el carácter plebiscitario de estas elecciones que ERC, CDC y la CUP le otorgaban. No obstante, una vez dentro de la campaña, incluso el propio PP ha entrado en el juego de los independentistas y ha hablado de la necesidad de votar a partidos unionistas para que Cataluña no se separe.

La polarización de las elecciones en dos grandes frentes, han dejado fuera del discurso a aquellos que apuestan por una tercera vía, PSC y Catalunya Sí que es pot. Seguramente los miembros de Catalunya Sí que es pot han sido los que con mayor ansia estaban esperando el fin de la campaña electoral. Su intención de voto ha ido decreciendo cuanto más se iban acercando las elecciones. Antes del verano aparecían como segunda fuerza política, ahora las encuestas le dan un tercer puesto con un escaso 12%, poco más de dos puntos respecto a lo que consiguió ICV-EUiA en solitario en las anteriores elecciones. Se han quedado fuera de esta división del discurso y tampoco parece que Pablo Iglesias haya leído muy bien el parecer de la sociedad catalana. Resulta paradójico cómo Podemos en Cataluña haya accedido a hacer una sopa de siglas con Iniciativa per Catalunya e Izquierda Unida, método que habían criticado hasta la saciedad anteriormente; y que parece que lo han querido reflejar con el nombre de la candidatura, que da pereza de tan solo pensar en pronunciarlo. Podrían haber puesto a una persona carismática para combatir lo anterior, pero a cambio han puesto a Luis Rabell, persona desconocida y que ,por lo tanto, no atrae votos. Por falta de interés o exceso de confianza, los de Pablo Iglesias y Alberto Garzón se han quedado en tal situación que no tienen ni asegurado el tercer puesto, en clara disputa con el PSC de Miquel Iceta.

El frente secesionista (JxSí-CUP) y el frente unionista más centralista (C’s-PP) son los grandes beneficiados de esta división. Una división que va más allá de lo político y que en el palco del ayuntamiento de Barcelona durante su día grande se pudo ver con la disputa ridícula entre una estelada y una rojigualda. Los catalanes conforman una sociedad con alto nivel de desempleo y que ha padecido muchos recortes por parte de los que ahora les dicen que eso es problema de no ser independientes. Parece que todo se queda reducido a una guerra de banderas que no aportan nada más que ruido.

viernes, 31 de julio de 2015

Limpiando Cataluña


En tiempos de sequía hay que encontrar agua donde sea y el Partido Popular tiene la garganta demasiado seca como para poder entender que entre el excremento no se puede encontrar agua, pero ante la desesperación y su  falta de escrúpulos habitual, prefieren buscar entre nauseabundos olores al candidato catalán perfecto.

Ese candidato no es otro que Xavier García Albiol. El ex alcalde de Badalona que inundó de miedo las calles de su municipio ante los extranjeros y que llegó a la alcaldía con un discurso de odio contra los extranjeros, culpándoles de sumir al municipio en la inseguridad . Le molestaba los actos del Ramadán y lo llegó a prohibir, pero que no tenía nada en contra de la Semana Santa. Los rumanos para él no eran más que delincuentes y “una plaga” que venía a quitarle al resto de ciudadanos las ayudas y subvenciones.
No  es de extrañar  que cinco partidos distintos (Entre ellos Convergéncia) se pusieran de acuerdo tras las elecciones para echarle de la alcaldía e intentar borrar de la ciudad su fétida huella.

Ahora el PP apuesta por él para las elecciones catalanas. La misión parece ser la de “Limpiar Cataluña” no solo de inmigrantes, sino también de independentistas y de la Malvada Izquierda que se postula como segunda fuerza política según varias encuestas.
 García Albiol no defiende ningún frente por la unidad, su pestilente xenofobia y su política en Badalona muestra que le han puesto como el mejor hombre para  convertirse en  instaurador de un estado policial que el PP añora en Cataluña para no tener que dialogar y entender el pluralismo de las periferias.  


Señores del PP, límpiense las manos bien, van a necesitar mucho jabón tras estar tanto tiempo en el baño creando a su candidato.

viernes, 27 de marzo de 2015

Si cada voto valiera lo mismo: Elecciones Andaluzas 2015

Menos en las elecciones europeas y en las elecciones municipales, en el resto de las elecciones (Autonómicas y Generales que son las elecciones más importantes del país) los partidos más grandes, PP y PSOE, se benefician de un sistema electoral bastante injusto.


Ello ha beneficiado en estas elecciones del 22 de marzo de 2015 increíblemente a Susana Díaz, pese a haber obtenido 100.000 votos menos que lo que sacó su partido en los anteriores comicios y pese a haber votado 141.132 personas más.


Es verdad que esto es culpa del sistema electoral, pero no por ello de la Ley D’Hont, a la que le suelen atribuir la culpa de todo, sino al sistema de circunscripciones que provoca que el voto de cada persona no valga lo mismo, sino que el valor de su voto se quede muy condicionado a donde viva, teniendo más posibilidades de que su voto tenga representación si vive en una circunscripción con mucha población y bastantes menos si vive en alguna con una representación reducida.
Con 8 circunscripciones como es el caso de Andalucía, es muy fácil que la pluralidad de lo votado no quede debidamente representado y que se aparte a partidos que han tenido menos votos (Podemos, Ciudadanos e IU).

El bipartidismo se frota las manos con un sistema electoral como el actual, les permite que el votante perciba con mucha menos facilidad el cambio de voto y con ello intentan que se resignen a votar a los dos partidos grandes o bien a abstenerse.


El bipartidismo se queda sobrerreprentado, acumulando ochenta actas de las 109 del parlamento andaluz, es decir, un 73% del total del parlamento cuando apenas alcanzan el 61% de lo escrutado. Es innegable que el bipartidismo existe y los resultados de estas elecciones resalta que muchos están lejos de alcanzar el cielo por asalto, pero es una representación absolutamente desproporcionada.

Si en vez de 8 circunscripciones, hubiera sólo una, sin trastocar nada más de la ley electoral, los resultados se adaptarían mejor a la realidad social. Susana Díaz, pese a haberse comprometido su partido con IU a cambiar, no abrió el melón de una necesaria reforma electoral. 


Con una única circunscripción, la cual parece la mejor medida y no trastocaría la representación de ningún territorio al hablar de una única región, esta situación se revocaría. PP y PSOE pasarían a tener 73 diputados y su resultado se ajustaría mejor a lo votado, mientras que los otros tres partidos de la cámara ganarían esos siete diputados y quedarían debidamente representados, ganando tanto Podemos como Ciudadanos dos diputados más y permitiría a Izquierda Unida, que por haber sido desgraciadamente el partido con representación menos votado ha sido el más damnificado por la ley electoral, pasaría de 5 diputados a 8. Ésta sería una manera de que la representación en el Parlamento Andaluz fuera mucho más parecida a lo que la gente quiso decidir en las urnas.

sábado, 21 de marzo de 2015

Transformar Madrid, transformar Alcalá

Madrid, la región donde he nacido y me he criado ha sido el gran feudo del PP. El lugar donde se ha alcanzado la máxima expresión del neoliberalismo, donde las concesiones a empresarios de lo de todos les ha sido regalado por Esperanza Aguirre y su grupo de secuaces, medrando en lo de todos, convirtiendo la educación en un lujo, privatizando la sanidad y usando dinero público para obras faraónicas.

Allá donde el Partido Popular ha gobernado ha instado la misma política. Alcalá de Henares ha sido la prolongación municipal del mal generado desde la Puerta del Sol. Favoreciendo en todos los terrenos a los suyos y gobernando a golpe de intereses. Si bien en la comunidad no recuerdo otra cosa que no sea PP, en Alcalá recuerdo muy bien cuando entró el PP a gobernar (Y no llegaría a tener los 10 años). En el casco histórico había unos bolardos mecánicos que solo dejaban entrar a vecinos y autobuses para poder preservar el patrimonio de la ciudad y también de la humanidad. El gobierno del entonces nuevo alcalde Bartolomé González decidió ya no usar esos bolardos, pero también decidió que nunca más lo volvieran a usar otros. Por encima de esos bolardos echaron cemento para que a nadie se le ocurriera volver a usarlos.

Eso podría definir la política de la derecha de este país en todos los sentidos, echar cemento por encima de todo, ya sea para cargarse unos bolardos, la educación o los derechos de la gente. Han intentado de todas las maneras destruir todo lo que con tanto esfuerzo se consiguió mediante la lucha de varias generaciones para intentar que no nos podamos reconstruir como pueblo.  Pero pese a los duros golpes que nos han dado, nada es irreversible y Madrid y sus pueblos deben ser reconquistadas para la mayoría social y lo puede llegar a ser, siempre que sea desde la izquierda.

La remunicipalización de servicios, los alquileres sociales, las moratorias de desahucios o los planes de reindustrialización no han sido propuestas elaboradas ni por la derecha, ni por los que dicen ser de izquierdas pero que traicionaron a su ideología y pactarían con reaccionarios por una alcaldía, ni por los “Ni izquierdas, ni derechas” con mensajes ambiguos. Han sido propuestas elaboradas y llevadas antes que nadie por Izquierda Unida. Y por ello, son políticas de izquierdas que no hay que maquillar y no decir de dónde provienen.

Un programa de izquierdas serio y creíble no es algo que se haga de la noche a la mañana, es fruto de muchos años de elaboración viendo la continua mala praxis del clan de los Populares y generando una alternativa que genere lugares dignos donde vivir. No sólo es Pan, trabajo y techo, también es Zulemas frente a Alboradas, transparencia frente a áticos en Marbella, libertad de expresión frente a Telemadrid y políticas sociales frente a juras de banderas.


Se necesitará mucho pico y pala para levantar todo el cemento que han echado por encima, pero este 24 de mayo tiene que ser el principio para construir una sociedad mejor, más libre y con muchos más derechos. Para ello es indispensable el giro a la izquierda de una Madrid y un Alcalá para que de una vez por todas, ese 99% de la gente que sufrimos la crisis comencemos a ver de vuelta lo que nos quitaron por medio de concursos y recortes, pero que nunca dejó de ser nuestro.

domingo, 11 de enero de 2015

Crisis del laicismo



El laicismo parece que ha desaparecido del imaginario del cambio que algunos claudican, que bajo mi manera de ver tiene más de parche que de cambio. El PSOE, pese a que en terreno de oposición siempre lo saque para intentar captar algún voto, hace mucho abandonó la causa de un estado separado de la Iglesia Católica y que no actúe como su principal acreedor.

Podemos en su programa de las elecciones europeas apostaba por políticas "que asegurasen la laicidad y una verdadera separación Iglesia-Estado", pero parece que ello se quedó en papel mojado y no denunciaron que el Papa fuera a dar el sermón en el parlamento Europeo, tal y como sí hizo Izquierda Unida, sino que se quedaron a verle. Incluso Pablo Iglesias, aplaudió eufóricamente al pontífice y se puso a alabarle en las redes sociales. Palabras huecas que aplaudía alguien que se podría acordar de que este individuo sigue manteniendo a seres como Reig Plá en sus poltronas que solamente abren la boca solo sea para meterse contra homosexuales y mujeres, y callan cuando el modelo económico vigente ha llevado a mucha gente a no poder asegurar a sus hijos un techo y un plato.

No existe Iglesia de los Pobres, esa iglesia no tiene absolutamente que ver con la oficial. La iglesia que tan solo destina un 2% a Cáritas, su única institución útil, no tiene nada que ver con lo que pueda decir un Papa, pues tiene que demostrar las cosas, no tan solo tener un discurso adornado que no lleva a ningún cambio profundo.

Incluso si se viera un cambio profundo tanto en la conferencia episcopal como para que fuera respetable, las relaciones entre el Estado y el catolicismo o cualquier otra religión deberían ser meramente tributarias como la que puede tener cualquier empresa privada cuando debe rendir cuentas con el fisco.

Es verdad que Bergoglio se ha sabido vender ante la mayoría de una población europea cada vez menos devota. Su simple cambio en el discurso y aparente abandono del odio contra la homosexualidad o el aborto (Solo aparentes, ya que en palabras del propio Papa, el Vaticano sigue estando en contra de lo mismo, pero "no puede monopolizar el discurso") le ha valido ser bien visto por muchos.

No obstante, no hay que olvidar que este Papa tiene un oscuro pasado con la dictadura argentina de Videla, por el cual ha tenido que incluso testificar en tribunales. Es el arzobispo que arremetía contra la ley de matrimonio igualitario en Argentina y llamaba a la gente a salir a la calle para protestar en contra, que en resumen no mostraba un perfil muy distinto al que puede tener Rouco Varela.

Se podría decir que es un lobo con piel de cordero, que lo único que ha entendido bien es que el Vaticano debe cambiar el discurso para seguir siendo atrayente, pero sin cambiar las formas. 
Ante ésto, hay partes de la sociedad que se están rindiendo y con ella la mayoría de los partidos políticos que se autoproclaman como laicistas.

En un país donde siempre se ha estado bajo el yugo de la religión no habría que olvidar todo lo que ha supuesto estas relaciones tan estrechas de los gobiernos con el país. Este año seguirá habiendo una cantidad de dinero difícilmente cuantificable para que se imparta religión católica en escuelas públicas ,y teóricamente laicas, y más de 13 millones de euros se van al mes directamente a manos de la Conferencia Episcopal.
Estamos en una crisis de valores, no de los supuestos valores que da un libro de hace 2000 años, sino de una crisis de valores verdadera, la cual se resume en mirar hacia otro lado cuando casi cuatro de cada diez niños se encuentran en situación de pobreza mientras se subvenciona la riqueza y ostentación de unos predicadores enclaustrados en sus catedrales.