jueves, 13 de septiembre de 2012

Vacaciones en el norte (6) "Directo"

Por la mañana parecía que todo había oscurecido. Fui a ver a Mara, que la dejé durmiendo en mi cama mientras que yo dormí en el sofá. Estaba despierta con la cara llorosa, se notaba que había dormido muy poco tras lo que había visto el día anterior. Seguimos sin salir durante todo el día, estaba muchísimo peor que ayer, parecía que la escena de Luz con el prometido de una de sus mejores amigas cada vez ahondaba más en ella sin dejarla apenas pensar.
Yo no sabía qué hacer. Estaba mal y lógicamente no la iba a dejar sola, pero sabía que tenía que intentar sacarla de allí. Aunque por otro lado era una locura, en un pueblo tan pequeño te encuentras a todo el mundo, era inevitable que viese a Luz, a Erio o a Elisa, o incluso peor y ver a Elisa y Erio juntos, mientras ella caminaría felizmente enamorada con su prometido sin saber que el hombre en el que tanto confia es tan sólo un canalla mujeriego.De tantas ideas que venían a mi cabeza al final opté por dejar que ella fuese quien me dijese lo que quisiese hacer. Como era de esperar no quiso salir en todo el día.


En esa casa había unas cartas que nos sirvió para hacer algo que no fuese hablar acerca del tema. Puse en el reproductor el vinilo de Light me up de The Pretty Reckless, el cual me lo compré intencionadamente en Madrid para escucharlo allí. No sé a cuántos juegos de cartas diferentes pudimos jugar esa tarde, llegó un momento en el que perdí la cuenta.
En un momento de esa mañana-tarde-casi noche escuché el típico tono estridente de la melodía de Nokia, no había duda de que era mi móvil, así que me levanté a cogerlo. -¡No mires mis cartas que estoy atento! Le dije a Mara y ella me volvío a dar una de esas sonrisas de preocupación disfrazada con alegría.
-¿Sí? Contesté al teléfono. -Hola Leo, soy Gabi ¿Qué tal las vacaciones?, no sabemos nada de ti. -Hola Gabi, pues aquí estoy en Asturias, bastante bien, el tiempo es raro, pero por lo demás todo está genial. -No te entiendo, te has ido de vacaciones con tus padres, no te conectas a WhatsApp y te lo estás pasando bien ¿Hay algún chico por ahí? ¡Pillín! -¡No! Bueno ya me gustaría, simplemente me estoy tomando las cosas tranquilamente. Casi se me olvida la mentira que les dije a mis amigos de que se trataban de unas vacaciones familiares y a mi familia de que eran unas vacaciones con amigos para ahorrarme dar explicaciones de por qué me iba solo. -Sí, tómate las cosas tranquilamente ahora que puedes. -¿Pasa algo? Pregunté con preocupación. -Sí, pero nada importante, bueno o sí, depende de cómo lo mires, pero no pasa nada, cuando vuelvas a Madrid te contaré todo, ahora disfruta de lo que te quedan de vacaciones. -Vale, ya me contarás, un abrazo,cuídate. Y colgué, preguntándome en todo lo que me tendría que contar, aunque realmente me hacía una idea y provocaba en mí que tuviese aún menos ganas de volver.


Volví otra vez a la mesa redonda azul que había a un lado del salón, donde estaba Mara esperándome para continuar la partida. -Bueno acabamos esta partida y me voy a casa, que quiero descansar en mi cama. Me dijo ella secamente, seguía igual de apagada, ya no sabía qué hacer para animarla. Así que acabamos la partida y la acompañé. Realmente el hostal, donde también vivía su familia además de ser dueños estaba a un minuto de mi casa, pero tenía la sensación que hasta esos pocos pasos en su estado de ánimo se convertían en un mundo para ella. Sabía que ella hiciese lo que hiciese al final, no le iba a resultar fácil porque si se callaba sabía que Elisa sería infeliz con alguien que realmente no le amaba, pero si le contaba a ella todo sabía que Elisa y Luz no volverían a ser amigas en la vida y nada volvería a ser lo mismo.
Tras acompañarla me encontré en la calle a una de esas personas que Mara no debería ver por miedo a la reacción que tendría, esa persona era Luz. -¡Leo! ¿Dónde te has metido hoy? no estabas en la playa y habíamos quedado todos hoy. -Ya, no estaba porque estaba con Mara, no se encontraba bien. -¿Y éso? ¿Qué la ha pasado? -Pues que ver a una amiga follando con el prometido de otra no le ha sentado muy bien. Cuando la dije eso se quedó paralizada con los ojos totalmente abiertos. -¿Cómo nos visteis? Pero si estábamos sólos. -Sí, pero empezó a llover y nos metimos al granero a resguardarnos, yo no os ví, pero ella sí y está muy afectada, no sabe qué hacer. -Vale Leo, piensa lo que quieras de mí, pero yo no lo hice en contra de Elisa, es mi amiga y la quiero, pero él no la quiere, Erio quiere estar conmigo. Al oír eso no pude evitar reírme. -Sí, por supuesto te quiere muchísimo, se ha prometido con su novia y no la ha dejado, si alguien ama a otra persona lo deja con quien está antes, no os quiere a ninguna de las dos tan sólo aprovecha la situación. -No es verdad, él me quiere mucho, me ama. Dijo con las venas del cuello marcadas y a punto de llorar. -Luz, tú sabes lo que tienes que hacer, sabes lo que es lo correcto, no te voy a juzgar, nadie te puede juzgar excepto tú a ti misma.
Me dí la vuelta y regresé a mi casa, no sería quien para decirle lo que le había dicho, pero mis impulsos me vencieron y las palabras salieron de mi boca como si nada.
No volví a hablar con Luz acerca del tema, creo que ya dije demasiado y no era el más adecuado para decírselo.

1 comentario:

  1. Marcos he de felicitarte porque el relato te está quedando de rechupete :) me he enganchado la verdad asique... no tardes en seguir escribiendo! :P La verdad que Leo y Mara me recuerdan mucho a nosotros :P jaja ^_^

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