viernes, 28 de diciembre de 2012

Muros inexistentes.

¿Por qué limitarnos?
¡Por qué ponernos barreras?
¿Acaso un niño se indigna cuando no alcanza a coger una galleta?
¡No! Se las ingenia como puede para obtener el dulce fruto se desea.
Y si los niños tienen en su naturaleza no ponerse límites y conseguir lo que quieren de cualquier manera...
¿Por qué nosotros no lo hacemos?
¿Acaso tenemos más miedo que los niños?
¿O tendríamos que seguir siendo tal y como éramos en nuestra infancia?
No lo sé, pero sea como sea tengo tan sólo una cosa clara: Los límites sólo se los pone el humano porque éstos, si queremos, nunca existirán.

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