domingo, 7 de abril de 2013

Señor Juan Carlos, yo no le voté

Carta para su Majestad el Rey Don Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias:



Su querida majestad, le escribo esta carta aunque sé que usted nunca la leerá ni escuchará hablar de ella, para decirle con franqueza lo que dudo que alguien de su entorno le haya dicho en su vida.
Le contaré algo sobre mí, soy un ciudadano español de diecinueve años de edad. Mi país, el reino que usted preside, está sumido en la miseria. Muchos ciudadanos están deprimidos, están ahogados en el trabajo por miedo a que les despidan o ya han sido despedidos. Mucha gente no puede pagar sus hipotecas y se han quitado la vida al no ver ninguna salida.

Muchas personas jóvenes se han tenido que ir de España para conseguir trabajo fuera. Médicos, ingenieros, enfermeros, arquitectos... gente con una cualificación excelente se larga cada día fuera de España para buscar un trabajo fuera. No sé si dentro de unos años yo mismo también me tendré que ir de este país. Más de la mitad de la gente joven que quiere trabaja está día tras día en las colas de las oficinas de empleo o en oficinas de cualquier ETT sin encontrar ningún trabajo. Nada me dice que yo vaya a encontrar empleo si gente mucho mejor preparada no consigue ni un puesto de camarero.

La desesperación se expande por las calles de las ciudades y los pueblos. Tanto este gobierno como el anterior no han ayudado al ciudadano. La anterior legislatura el ahora ex-presidente hizo una reforma laboral que no hizo más que agravar la situación de desempleo quitando derechos a los trabajadores. Hubo elecciones, el partido que hizo estas reformas cayó en picado y el partido ganador obtuvo la mayoría de los votos. Su programa electoral era confuso y muchos no nos fiábamos de lo poco que prometían, pero otra gente creyó de buena fe en ellos y les votaron.
Por desgracia, nos engañaron a todos. Lo que prometían era mentira y el presidente del gobierno entrante no ha hecho otra cosa que no haya sido ensañarse con los que tenemos menos culpas.
El estatuto de los trabajadores fue de nuevo corrompido, arrancándonos de golpe todos esos derechos que durante cuarenta años se había conseguido muy dura y lentamente. Además tocaron pilares como la sanidad y la educación. Empezaron a derribar servicios imprescindibles para el desarrollo de cualquier persona por medio de privatizaciones y recortes, mientras que los impuestos no dejan de subir.

Si ésto no fuera poco, ahora también sabemos que el partido en el gobierno ha estado pagando sobresueldos a sus dirigentes como puede ser el presidente. Según ellos, todo es mentira y no se trata de otra cosa que difamaciones, pero, su majestad, nos han mentido tanto mientras se veía que todo era falso que ya nadie les cree.
En la oposición también tienen lo suyo, supongo que se habrá enterado del caso de los ERE o del supuesto trato de influencias del ex-ministro de Fomento.

Usted verá lógico que piense que tendría que haber elecciones anticipadas, primero por hacer cosas que no ponían en su agenda y segundo por los casos de presunta corrupción. Pero me temo que no será así y tendremos que esperar a las próximas elecciones dentro de dos años, aunque no sé qué será de nosotros dentro de tanto tiempo.



Usted y su familia también tienen algunos problemillas con la ley. Voy a omitir sus viajes a Botsuana para matar elefantes con dinero público o sus escarceos románticos con una tal Corinna, para centrarme en algo muchísimo peor. Su yerno, el Duque de Palma, está imputado en un caso de corrupción. Al parecer sacó lucro, y bastante, de una fundación que al parecer no tenía. Sé que usted está al tanto acerca del tema, bueno lo estaba antes que todos los españoles.

Porque estaba al tanto, cuando se enteró, llamó a la primera empresa de telecomunicaciones del país para que colocasen a su hijo político lo bastante lejos para intentar que no saliese a la luz todo lo que se había llevado. Me parece normal que un hombre se preocupe por su yerno y sobre todo por su hija, que hoy por cierto está llamada a declarar en los juzgados. Me parece normal que cualquier persona lo haga, siempre que no ocupe un cargo público y mucho menos sea el jefe del estado y de las fuerzas armadas.

Espero que sea consciente de que no ha obrado bien para el país. Su institución es de las peores valoradas ahora mismo, sobre todo entre los jóvenes. La mayoría no cree en la monarquía, no se fía de ella. Por cierto, espero que le haya dado las gracias al señor Rajoy por quitar en las próximas encuestas del CIS la valoración sobre su persona.

Por ello, ya explicado todo lo que le tenía que contar, le cuento el objetivo de mi carta.
Tal como está todo le pido que solicite un referéndum. Ni el PP, ni el PSOE harán un referéndum si no es su institución la que se la pide.

Yo no voté, ni siquiera mis padres, la actual constitución, en la que aprobaba un conjunto de normas, que incluía entre ellas la monarquía como la forma de estado. Además de ello, me parece un poco tramposo que se le pida a personas que han vivido durante décadas si constitución democrática sí o constitución democrática no, sin pasar por una consulta anterior donde se preguntase qué tipo de estado se desea.

Si pide el referéndum y en éste sale que la mayoría de la población le quiere, enhorabuena, continúe en su puesto, pero si el pueblo le dice que no le quiere y que desea elegir al jefe del estado democráticamente usted se tendrá que ir. Pero se irá como un auténtico caballero ,con una fortuna cultivada durante años lo suficientemente razonable como para que varias de sus generaciones vivan cómodamente sin necesidad de trabajar, y no como una garrapata que chupó de la sangre de su país hasta el momento en el que se hartaron de él y le tuvieron que echar de malas formas.



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