viernes, 27 de marzo de 2015

Si cada voto valiera lo mismo: Elecciones Andaluzas 2015

Menos en las elecciones europeas y en las elecciones municipales, en el resto de las elecciones (Autonómicas y Generales que son las elecciones más importantes del país) los partidos más grandes, PP y PSOE, se benefician de un sistema electoral bastante injusto.


Ello ha beneficiado en estas elecciones del 22 de marzo de 2015 increíblemente a Susana Díaz, pese a haber obtenido 100.000 votos menos que lo que sacó su partido en los anteriores comicios y pese a haber votado 141.132 personas más.


Es verdad que esto es culpa del sistema electoral, pero no por ello de la Ley D’Hont, a la que le suelen atribuir la culpa de todo, sino al sistema de circunscripciones que provoca que el voto de cada persona no valga lo mismo, sino que el valor de su voto se quede muy condicionado a donde viva, teniendo más posibilidades de que su voto tenga representación si vive en una circunscripción con mucha población y bastantes menos si vive en alguna con una representación reducida.
Con 8 circunscripciones como es el caso de Andalucía, es muy fácil que la pluralidad de lo votado no quede debidamente representado y que se aparte a partidos que han tenido menos votos (Podemos, Ciudadanos e IU).

El bipartidismo se frota las manos con un sistema electoral como el actual, les permite que el votante perciba con mucha menos facilidad el cambio de voto y con ello intentan que se resignen a votar a los dos partidos grandes o bien a abstenerse.


El bipartidismo se queda sobrerreprentado, acumulando ochenta actas de las 109 del parlamento andaluz, es decir, un 73% del total del parlamento cuando apenas alcanzan el 61% de lo escrutado. Es innegable que el bipartidismo existe y los resultados de estas elecciones resalta que muchos están lejos de alcanzar el cielo por asalto, pero es una representación absolutamente desproporcionada.

Si en vez de 8 circunscripciones, hubiera sólo una, sin trastocar nada más de la ley electoral, los resultados se adaptarían mejor a la realidad social. Susana Díaz, pese a haberse comprometido su partido con IU a cambiar, no abrió el melón de una necesaria reforma electoral. 


Con una única circunscripción, la cual parece la mejor medida y no trastocaría la representación de ningún territorio al hablar de una única región, esta situación se revocaría. PP y PSOE pasarían a tener 73 diputados y su resultado se ajustaría mejor a lo votado, mientras que los otros tres partidos de la cámara ganarían esos siete diputados y quedarían debidamente representados, ganando tanto Podemos como Ciudadanos dos diputados más y permitiría a Izquierda Unida, que por haber sido desgraciadamente el partido con representación menos votado ha sido el más damnificado por la ley electoral, pasaría de 5 diputados a 8. Ésta sería una manera de que la representación en el Parlamento Andaluz fuera mucho más parecida a lo que la gente quiso decidir en las urnas.

sábado, 21 de marzo de 2015

Transformar Madrid, transformar Alcalá

Madrid, la región donde he nacido y me he criado ha sido el gran feudo del PP. El lugar donde se ha alcanzado la máxima expresión del neoliberalismo, donde las concesiones a empresarios de lo de todos les ha sido regalado por Esperanza Aguirre y su grupo de secuaces, medrando en lo de todos, convirtiendo la educación en un lujo, privatizando la sanidad y usando dinero público para obras faraónicas.

Allá donde el Partido Popular ha gobernado ha instado la misma política. Alcalá de Henares ha sido la prolongación municipal del mal generado desde la Puerta del Sol. Favoreciendo en todos los terrenos a los suyos y gobernando a golpe de intereses. Si bien en la comunidad no recuerdo otra cosa que no sea PP, en Alcalá recuerdo muy bien cuando entró el PP a gobernar (Y no llegaría a tener los 10 años). En el casco histórico había unos bolardos mecánicos que solo dejaban entrar a vecinos y autobuses para poder preservar el patrimonio de la ciudad y también de la humanidad. El gobierno del entonces nuevo alcalde Bartolomé González decidió ya no usar esos bolardos, pero también decidió que nunca más lo volvieran a usar otros. Por encima de esos bolardos echaron cemento para que a nadie se le ocurriera volver a usarlos.

Eso podría definir la política de la derecha de este país en todos los sentidos, echar cemento por encima de todo, ya sea para cargarse unos bolardos, la educación o los derechos de la gente. Han intentado de todas las maneras destruir todo lo que con tanto esfuerzo se consiguió mediante la lucha de varias generaciones para intentar que no nos podamos reconstruir como pueblo.  Pero pese a los duros golpes que nos han dado, nada es irreversible y Madrid y sus pueblos deben ser reconquistadas para la mayoría social y lo puede llegar a ser, siempre que sea desde la izquierda.

La remunicipalización de servicios, los alquileres sociales, las moratorias de desahucios o los planes de reindustrialización no han sido propuestas elaboradas ni por la derecha, ni por los que dicen ser de izquierdas pero que traicionaron a su ideología y pactarían con reaccionarios por una alcaldía, ni por los “Ni izquierdas, ni derechas” con mensajes ambiguos. Han sido propuestas elaboradas y llevadas antes que nadie por Izquierda Unida. Y por ello, son políticas de izquierdas que no hay que maquillar y no decir de dónde provienen.

Un programa de izquierdas serio y creíble no es algo que se haga de la noche a la mañana, es fruto de muchos años de elaboración viendo la continua mala praxis del clan de los Populares y generando una alternativa que genere lugares dignos donde vivir. No sólo es Pan, trabajo y techo, también es Zulemas frente a Alboradas, transparencia frente a áticos en Marbella, libertad de expresión frente a Telemadrid y políticas sociales frente a juras de banderas.


Se necesitará mucho pico y pala para levantar todo el cemento que han echado por encima, pero este 24 de mayo tiene que ser el principio para construir una sociedad mejor, más libre y con muchos más derechos. Para ello es indispensable el giro a la izquierda de una Madrid y un Alcalá para que de una vez por todas, ese 99% de la gente que sufrimos la crisis comencemos a ver de vuelta lo que nos quitaron por medio de concursos y recortes, pero que nunca dejó de ser nuestro.