domingo, 14 de mayo de 2017

La belleza de la humildad


En una vorágine de pleitesía al inglés y a las espectaculares puestas en escena, viene Portugal y nos recuerda cuál era antes el protagonista del Festival de Eurovisión: la canción. La radiotelevisión pública portuguesa puso en marcha un concurso con canciones de compositores que estaban iniciando su carrera en el mundo de la música. Apostaron por lo suyo, por el valor del talento nacional. No malgastaron el dinero de los contribuyentes lusos en grandes productoras que fabrican melodías sin personalidad.

Esta idea de selección tan sencilla trajo una canción sencilla, pero no simple. La música de fondo, como siempre tendría que haber sido, y por encima la voz enternecida y profunda del artista. Las letras de la compositora salían por la boca del cantante, sintiendo cada sílaba y poniendo énfasis en todas las frases.


Ayer ganó la humildad en un continente donde la apatía de nuestros líderes nos está llevando a la destrucción. Bravo por la belleza de la canción y gracias a la radiotelevisión de Portugal por ir a contracorriente y hacer la labor que un medio público siempre debería hacer. Ayer el modelo a seguir no fue la BBC, sino el de un ente de un país muy pequeño que durante unos minutos mostró lo grande que es.