Hace mucho tiempo cuando los hombres aún no habíamos pisado la tierra el mundo era un paraje de armonia en el que extraños seres pero afables vivían. Todos rendían culto a sus dos jóvenes diosas, Luz y Oscuridad. Estas dos diosas, que además eran hermanas, reinaban con justicia y sabiduría el planeta. Aunque su labor como soberanas las mantenía ocupadas la mayoría del tiempo, les gustaba salir de palacio y dar paseos por el Gran Bosque, donde disfrutaban del aire fresco y del magnífico paisaje que les otorgaba la fauna.
Las dos hermanas salieron al bosque un día para dedicarse a la caza de mariposas, afición que ambas compartían. A Luz le encantaban las mariposas blancas y amarillas, por lo cual se sentía afortunada, ya que el Gran bosque estaba repleto de ellas. Oscuridad sin embargo no lo tenía tan fácil debido a que sus mariposas preferidas eran las rojas grisáceas, poco comunes, y la mayoría de los días llegaba a casa sin haber encontrado ninguna, hecho que no la deprimía, ya que su hermana siempre compartía con ella sus mariposas, que aunque no fuesen sus favoritas servian de consuelo.
Pero afortunadamente hoy Oscuridad había divisado una mariposa roja grisácea revoloteando junto a ella, por lo que no dudó correr tras ella. El pequeño insecto no se quedaba quieto, y siguió su camino sin darse cuenta de la cazadora que llevaba detrás. Sin darse cuenta cada vez se había separado más de su hermana, adentrándose en el frondoso bosque y finalmente perdiéndose. Luz no tardó mucho en sentir la falta de su hermana y pese a llamarla a gritos durante más de una hora y quedarse afónica, Oscuridad no la escuchaba así que los alaridos resultaron ser inservibles. La muchacha no dudó en movilizar a toda la Guardia Real en busca de Oscuridad. Rodearon y rastrearon cada milimetro del Gran Bosque, pero no había ningún sigono de su presencia. La tomaban por perdida, era imposible que estuviese allí, así que Hedsburg, general de la Guardia Real tuvo que darle finalmente la mala noticia -Lo siento mi majestad, pero ninguna de las unidades de búsqueda han encontrado a la Diosa Oscuridad. -Le agradeció al general el duro trabajo que habian realizado resignada y apenada por la pérdida de su hermana.
Cuando ya Luz se disponia a subir a su carruaje para volver sin su querida acompañante a Palacio, se oyó el grito de un joven guarda real -¡La diosa Oscuridad! ¡La diosa Oscuridad está entre esos árboles!; todos giraron su cabeza hacia donde miraba el joven: ahí estaba ella, andando como si no pasase nada. Luz lloró de alegria y corrió hacia ella hasta alcanzarla con un efusivo abrazo, entonces la sonrisa se borró de su cara, la notó extraña, sobre todo cuando miró su cara y vio que no se alegraba del esperado reencuentro. -Vámonos a casa... ,dijo friamente Oscuridad dejando atónitos con su reacción a todos los que allí se encontraban.
Los días después Oscuridad estuvo muy apartada de Luz, quería estar sola y se comportaba de manera extraña.
Tras unos días Oscuridad quiso hablar con su hermana. Se citó con ella en uno de los jardines del palacio a la hora del té. Luz se mostró distante y bastante enfadada por no haberla contado qué le pasó el día del bosque, pero Oscuridad se mostró con una actitud bastante conciliadora.Le dijo que sentía mucho la actitud de sus últimos días, pero tenia que planificar todo lo que tenia que hacer para que la ley natural de los seres se volviese a imponer. Luz no entendia a qué se refería con lo de la ley natural, por lo que oscuridad tuvo que explicarle cuál era su plan. -El día en el que me perdí en el bosque hubo algo que me dio a conocer el verdadero orden que tendría que mandar el mundo: Antes todo era negro, no había luz ni bien, la maldad reinaba a los seres, pero cuando la luz llegó el mal desapareció, pero no totalmente porque está siempre en nuestro interior y es lo mejor para nosotros, ya que el bien nos somete a una serie de leyes que nos hace prisioneros a ella. -Es una locura lo que dices, le interrumpió Luz, absorta por lo que escuchaba, nosotras tenemos que mantener y garantizar el bien para nuestros subordinados, es lo único justo, no podemos someterlos, seríamos unas completas déspotas. Oscuridad la rebatió con cierta sorna - Eso es lo mejor de todo querida hermana, organizaríamos una tirania en la que no tendriamos que dar explicaciones a nadie, porque se impondria el más fuerte, es decir nosotras, todo sería perfecto ¿no lo ves? - No lo veo hermana y si hace falta me revelaré contra ti para mantener la armonia del mundo. Por desgracia Oscuridad siguió creyendo en su ideal de gobierno, movilizó a parte del ejército e inició el primer enfrentamiento bélico de la historia contra la parte que segía defendiendo la postura vigente de Luz.
Ninguna de las dos ganó esta guerra, pero tampoco la perdieron. Llegaron a un acuerdo, en el que se repartieron el mundo, pero no pactaron una división territorial, sino temporal. Unas horas del día eran iluminadas por el reino de la luz mientras que en otras reinaba la oscuridad. El bien predominaba en el día y el mal por la noche. No obstante, en la luz había sombras y en la oscuridad destellos, por lo que siempre había algo de mal en el bien y algo de bien en el mal.
Desde que los hombres empezaron a habitar el planeta la bondad y la maldad aparecieron más en el mundo. Incluso a veces las almas maldadas se vestían de Bien, para intentar corromper el reino de la justicia. Pero siempre la luz se enfrentaba a la oscuridad y evitaba que su locura imperase en el mundo. Mientras todo esto pasa, las soberanas Luz y Oscuridad en sus respectivos territorios siguen enfrentadas, pero no furiosas como antes, sino preguntándose si todos esos ideales que defendían eran tan importantes como para separarse por siempre.
domingo, 9 de octubre de 2011
La historia de la noche y el día
jueves, 9 de junio de 2011
El cerdito Paul y el lobo Jake
El bosque estaba repleto de animalillos que marchaban felices en ese día primaveral que los dioses les habían concedido. Los conejitos saltaban a sus anchas y los pájaros revoloteaban por el lugar mientras que en medio de todo se encontraban tres cerditos. Estos cerditos, que eran hermanos, se llamaban Jim, Paul y Ron. Hacía unos meses que habían dejado la casa de su madre para independizarse y vivir sólos hasta que encontrasen a una cerdita con la que se pudiesen casar y tener muchos hijos.
Ya que estos cerditos eran bastante manitas hicieron sus casas sin ayuda de nadie. Jim se construyó una bonita casa de paja, Paul se hizo una elegante cabaña de madera y Ron creó un majestuoso chalé de ladrillo. Los días pasaban en sus hogares y siempre tenian una vida tranquila, aunque en el bosque también acechaban varias amenazas. Así que un día se empezó a escuchar cómo avisaba una ardilla de un gran peligro. -¡QUE VIENE EL LOBO! gritó desesperada. Todos los seres del lugar se alarmaron y se escondieron rápidamente. En cinco minutos el lobo llegó mostrando una gran atención a cada movimiento que escuchaba con la intención de atrapar a alguna presa.
El lobo vió la casa de paja del cerdito Jim y se acercó a ella con sigilo, pero Jim le escuchó y debido al miedo que tenia le gritó temeroso -¡Eh Lobo! ¿Qui-qui-quieres a-le-lejarte de mi casa? No te he he-hecho nada así que no me ha-hagas daño. El lobo al escucharle se acercó aún más y dijo -No pienso irme, así que sal de tu casa o soplaré y soplaré y tu casa derribaré. -No pi-pienso Salir. Dijo Jim aterrado por lo que le podría hacer el lobo. -Está bien, ¡pues tú lo has querido!. El lobo se puso a soplar generando un gran remolino, acabando con el hogar del cerdito. -¡BUAHHHH!. Salió gritando y llorando y, el cual se quedó traumatizado por cómo la fiera había destruido en un momento su vivienda.
La casa de madera de su hermano Paul se encontraba a escasos metros de la suya, por lo que pudo ver todo el daño que había ocasionado en la vivienda, la cual había destruido por completo. Paul era el hermano más valiente así que salió a enfrentarse al lobo. -¡Eh, tú! ¿qué te crees? No te voy a dejar tan tranquilo tras lo que le has hecho a mi hermano, ¡Bestia asquerosa!. Ante ésto el lobo no se lanzó a devorar al cerdo sino que se derrumbó y empezó a llorar cabizbajo. Paul se quedó impresionado con la reacción del lobo y se acercó a él. -¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? -Porque no tengo amigos. Contestó entre sollozos, a lo que Paul le respondió -¡Anda ya! Seguro que en tu manada tienes un montón de amigos. El lobo empezó a llorar más fuerte y le dijo -No tengo manada... estoy solo... -¿Cómo es eso posible?. Preguntó el cerdo impresionado y él le explicó toda la historia. -Me echaron de mi manada porque era vegetariano, no me aceptaron pero no era capaz de comer carne y no quería cambiar así que fui a buscar amigos por el bosque, pero aquí toda la gente huye de mí porque creen que les voy a devorar, así que al final opté por mostrarme hostil e intentar estar solo sin que me molestasen. Tras toda esta historia el cerdo se quedó totalmente impactado pero tras unos instantes de reflexión dijo -Está bien, te entiendo y estate tranquilo porque a partir de ahora vamos a ser amigos. El lobo mostró una gran sonrisa y empezaron a hablar sobre diversos asuntos y vieron que tenian muchas cosas en común. El lobo le contó desde que se llamaba Jake hasta que su comida preferida eran las moras silvestres. Hablaban día y noche, eran muy buenos amigos. Aunque había mucha gente que no entendía su amistad e incluso se burlaban de Jake porque era lobo y vegetariano, pero a ellos les daba igual porque no necesitaban más que su amistad para ser felices. Ya que si hay gente que te apoya a seguir seas como seas, tan sólo tienes que mirar hacia delante y enfrentarte a la vida.
sábado, 7 de mayo de 2011
Susana y Lucía en el país de los horrores.
Diez, nueve, ocho, siete... Susana, una joven de 19 años, contaba los minutos que quedaban para salir de trabajar. No era para menos, ya que hoy venia a visitarla Lucía, su mejor amiga y el amor de su vida. Se conocían desde siempre, eran de un pequeño pueblo asturiano llamado Ribadesella, donde ambas habían jugado de pequeñas entre los verdes prados y la mar azul del cantábrico. Con doce años su amor ya era muy fuerte y no se imaginaban la vida sin la otra, aunque siempre supieron, debido a los múltiples comentarios del padre Pedro en la misa de los domingos, que estaba prohibido que una mujer quisiese a otra, pero a ellas les daba igual porque aunque fuese 1965 y fuesen al mismísimo infierno lo único que deseaban era vivir felizmente juntas, aunque fuera en secreto.
Por desgracia Susana tuvo que irse con su familia a Madrid, ya que habían cerrado la mina donde su padre, sus hermanos, su abuelo y el resto de su familia había trabajado desde generaciones, por lo que se quedaron sin ninguna fuente de dinero para vivir. Así que Susana se vio obligada a ir junto su familia a la capital con el objetivo de encontrar un oficio que les diese de comer. Sus dos hermanos y su padre tuvieron suerte, ya que con un dinero que les dejaron prestado consiguieron comprar un Seat 1400 de segunda mano y les quedó algo para sacar al coche la licencia de taxi. Aunque el dinero que obtenian con él fuese de gran ayuda, no llegaba para pagar el alquiler de la casa y además poder comer, así que Susana tuvo que dejar sus labores de ama de casa con su madre para ponerse a trabajar en una pequeña fábrica del barrio de Lavapies para poder sobrevivir en la gran ciudad. Su trabajo era costoso pero extremadamente dulce, ya que su fábrica se dedicaba al chocolate y hacían "los bombones más exquisitos de toda España" o al menos eso era lo que decía el eslogan que venia impreso en las latas de cobre en las que se envasaba . ¡Cuánto tiempo ha pasado! hacía ya un año que dejó su tierra y allí a su amada Lucía, pero por fortuna era 25 de abril y debido a que ya llegaba el buen tiempo su fábrica paraba la producción hasta otoño porque la gente que se podía permitir comprarse unos bombones no los querían en verano ya que con el calor se derretian. Como el taxi cada vez daba más resultados susana no se veia en la obligación de trabajar durante esos meses como peluquera de las vecinas, tal como hizo el año anterior, así que tuvo la perfecta excusa para invitar a Lucía a su casa en Madrid.
-¡Piiiii! Sonó el silbato que indicaba que eran ya las cuatro de la tarde. Salió volando del trabajo con una gran caja de bombones en una de sus manos y se dispuso a coger el tranvia hacia la estación de Atocha. Llegó allí corriendo y jadeante. Ya eran las 16:30 y el tren de Oviedo llegaba a las 16:20. Buscaba girando constantemente la cabeza a Lucía pero no la encontraba.
- ¡Susanita!!! . ¿Y esa voz tan acaramelada? Miró hacia donde venia el grito y vio a ella, cargada de bolsas repletas de ropa y con su angelical rostro que a Susana nunca le había parecido tan bello. No dudó y corrió y corrió hasta llegar a ella y abrazarla. Ambas empezaron a llorar emocionadas de la alegria de volverse a ver pero se separaron pronto para que no pareciese un abrazo más que amistoso. Susana se quedó mirándola totalmente parada cuando se miró sus manos y se acordó de la caja de bombones. -¡Toma! ¡Son los mejores bombones de toda España! Lucía no se pudo contener la risa y le salió una gran carcajada por la frase que le había soltado mientras seguía emocionada por el momento.
Llegaron a la casa cansadísimas y tras la cena obligada con el resto de la familia, ya que todos querían hablar con Lucía para que les contase qué tal iban las cosas en el pueblo. El día siguiente Susana enseñó Madrid a Lucía, la cual se quedó impactada por todo lo que había en la ciudad. Al final llegaron al parque de El retiro, que se encontraba totalmente vacío ya que toda la gente estaba trabajando. Susana aprovechó ese momento para acaramelarse un poco con Lucía y le susurró al oido -Estaba esperando esta situación desde hace meses. Se intercambiaron miradas y se besaron apasionadamente pero su alegria no duró mucho.
-¡Ustedes dos! ¡separense! Le gritaba un policía al otro lado. Las habían visto. No sabían qué hacer, ese hombre se acercaba a ellas así que lo único que pudieron hacer fue darse la mano, no haciendo caso a lo que les dijo el guardia. -¡Que se separen coño!. El hombre desefundó su pistola y estaba decidido a disparar así que al final optaron por separar sus manos. En un momento estaban rodeadas por una decena de policias que las sujetaron y agarraron mientras ellas gritaban angustiadas.
Finalmente fueron llevadas a la comisaría más cercana, donde las sentaron atadas de pies y manos en un sala vacía a la que entraron dos policías. Uno de ellos, el que tenia cara de estar más enfadado las preguntó. -¿Qué estabais haciendo?. Ambas callaron cabizbajas pero el hombre con cara de ofuscado insistió con un grito atronador. -¡¿Que qué coño estabais haciendo?!. Susana ya harta levantó la cabeza y miró al guarda al que le dijo con decisión -Amándonos porque nos queremos. Esta reacción no le sintió nada bien al policía y le propinó un puñetazo que le rompió la nariz y le gritó -¿Amor? Vicio, eso es lo que es, que sois unas enfermas, dais asco hijas de la gran puta, que en tierras del generalisimo pase esto... ¡Sois una plaga! ¡Casi peores que los rojos! Pero tranquilas que os vais a enterar bolleras de mierda.
En ese momento entraron en la sala seis agentes más. Todos ellos propinaron a las jovenes una terrible paliza, puñetazo tras puñetazo, fueron violadas durante horas, deseando morir en lugar de tener que pasar esa pesadilla.
Tras esto las metieron en un calabozo y al día siguiente metieron a cada una en un furgón policial diferente y las enviaron a diferentes prisiones. Pasaron los años. Ambas tuvieron que crecer muy deprisa para poder sobrevivir en la cárcel. Susana nunca dejaba de pensar en Lucía y siempre se preguntaba si la otra seguiría viva. Creían que pasarían toda su vida dentro de cuatro paredes pero un día pasó lo impensable, les dieron la libertad. Hace un tiempo ya había muerto Franco pero aún no se habían suprimido las leyes homófobas del regimen pero finalmente llegó el día y ambas fueron liberadas. Buscaron información por todos lados para poder encontrarse. Al final lo lograron. Se vieron y aunque habían pasado muchos años y su juventud ya había sido abandonada Susana veía a Lucía como aquel día en el andén de la estación, así que se juntaron, se abrazaron y se dieron el beso más apasionado de su vida ya sin ningún miedo porque nadie nunca más la volvería a separar.
Estuvieron siempre juntas, envejecian una al lado de otra, se amaban con todas sus fuerzas pero deseaban poder casarse algún día. El 17 de septiembre de 2005 pudieron dar el "Sí, quiero", con 59 años de edad se juraron amor eterno otra vez y vieron que tras múltiples pesadillas vienen los sueños más mágicos que uno ni se puede imaginar.
-Dedicado a todas esas mujeres que tuvieron que luchar por ser felices ^^
Suscribirse a:
Entradas (Atom)